El control preventivo de los problemas auditivos en las primeras semanas de vida beneficia a los niños, en especial cuando se interviene rápido tras detectar cualquier alteración, revela un estudio sobre más de medio millón de niños efectuado en Holanda.
"Oír es esencial para el desarrollo del habla y el lenguaje y sabemos que el tratamiento temprano de la pérdida de la audición, como lo indicaría este estudio, mejora esas capacidades", dijo a Reuters Health el doctor Donald G. Keamy, de Massachusetts Eye and Ear Infirmary y de la Escuela de Medicina de Harvard, en Boston, que no participó del estudio.
Entre uno y cuatro de cada 1.000 bebés que nacen en Estados Unidos tendrá una deficiencia auditiva, lo que indica que es el defecto congénito más frecuente.
Desde que la recomendación estadounidense de realizar el test de audición a todos los recién nacidos se generalizó en la última década, se detectaron cada vez más casos antes de los 3 años.
Hoy, se controla al 97 por ciento de los recién nacidos de Estados Unidos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Y el Centro Nacional de Evaluación y Control Auditivo estima que el valor del test disminuyó a entre 10 y 50 dólares por bebé.
Holanda también implementó este tipo de control o screening universal de manera gradual.
El equipo de la doctora Anna M. H. Korver, del Centro Médico de la Universidad de Leiden, evaluó los costos y los beneficios de esta nueva estrategia de salud pública.
Para eso, analizó los resultados en casi 600.000 bebés nacidos en Holanda entre el 2003 y el 2005; comparó a los niños nacidos en regiones donde el screening de la audición ya era una norma con los bebés nacidos en áreas donde aún se realizaba el test de distracción, una prueba conductual que se efectúa a los 9 meses de edad.
En el grupo de recién nacidos evaluados, a menos de uno de cada 1.000 (0,78) se le diagnosticó una deficiencia auditiva. En el grupo evaluado con el test de distracción se le diagnosticó ese problema a 0,73 por cada 1.000 bebés, publica el equipo en Journal of the American Medical Association.
Los autores observaron que el screening auditivo de los recién nacidos permitió que los bebés pudieran decir más palabras y alcanzar un mayor desarrollo social y motor entre los 3 y 5 años de edad. Además, lograron mejores resultados en las evaluaciones de calidad de vida.
En los recién nacidos se pueden utilizar dos tipos de controles de la audición: las emisiones otoacústicas, en el que se utiliza un auricular con un micrófono en miniatura en el oído del bebé para medir su respuesta a distintos sonidos, y el potencial evocado auditivo de tallo cerebral, en el que se reproducen sonidos en los oídos del bebé mientras electrodos colocados en su cabeza detectan las respuestas.
El segundo test mide cómo los nervios auditivos responden a los sonidos e identifica cualquier deficiencia auditiva. Ambas pruebas son seguras y cómodas.
Cuando se detecta un problema, se pueden adoptar distintas soluciones: desde audífonos hasta implantes auditivos internos o programas de desarrollo del lenguaje.
"Estos tratamientos tienen beneficios a todas las edades, pero son más efectivos si se administran tempranamente, cuando en el cerebro del bebé 'se imprimen' estas experiencias y aprendizajes", indicó Barbara Cone, de University of Arizona en Tucson, que no participó del estudio.
Desde | Reuters Health
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