El Día de Muertos se festeja en todo México y también en muchos otros lugares de América Central. Desde el 31 de Octubre se preparan muy coloridos altares, en las casas familia o en lugares públicos como plazas o cementerios. En los altares se colocan alimentos, bebidas, flores, objetos personales, cigarrillos e imágenes de los muertos a los que se honra.
Tradicionalmente, el altar es alumbrado el dia 31 para esperar el arrivo de los espíritus de los niños muertos, los angelitos a quienes tambien mencionan como los "muertos chiquitos". Al crepúsculo del 1 de Noviembre hasta el anochecer del dia 2 el Altar es de nuevo alumbrado y es el tiempo de la vigilia para los adultos que han partido.
Se dice que primero se celebra a los niños, porque como son más pequeños, corren y llegan antes que los adultos, los cuales llegan para el 2 de noviembre.
En la isla de Janitzio, así como en otras islas y poblaciones aledañas al Lago de Pátzcuaro en el Estado de Michoacán, los niños participan en La Velación de los Angelitos, bajo la cariñosa dirección de sus madres y abuelas. En esta forma se ha mantenido viva la tradición de esas comunidades, de generación en generación.
UN TIEMPO DE FELIZ COMUNION CON LA MUERTE
Este es un tiempo de feliz comunión con la muerte, no un tiempo de penar. El ganador del premio Nobel, Octavio Paz, en su ensayo "El Laberinto de la Soledad" explora la fascinación Mexicana con la dualidad de la vida y la muerte. "Nuestras relaciones con la muerte son íntimas," Escribió Paz, "mas íntimas quizá que aquellas de ninguna otra gente. La palabra muerte no es pronunciada en Nueva York, ni en París ni Londres, porque quemaría los labios. Los Mexicanos en contraste son familiares de la muerte; bromean acerca de ésta, la cuidan, duermen con ella, la celebran, es uno de sus juguetes favoritos y su más leal amor."
Desde | Soy Mamá Blog
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