El director del Instituto Hispalense de Pediatría (IHP), Alfonso Carmona, advirtió del riesgo de "fuertes irritaciones en la piel" que pueden sufrir los bebés menores de seis meses a los que se les aplica "cremas con un alto índice de protección solar" mientras se encuentran en la playa.
En declaraciones a Europa Press, Carmona explicó que a esa edad "no hay que ponerles protección solar y, mucho menos, exponerlos al sol", ya que, según explicó, la piel de un bebé "es mucho más sensible y delgada que la de un niño".
Así, y a modo de ejemplo, argumentó que "los productos que contienen estas cremas, que otorgan el factor de protección a un niño de cinco años, pueden provocar en cambio verdaderas alteraciones en la piel en un bebé de seis meses".
"Eso no significa que un niño con menos de seis meses no pueda estar al aire libre o en zonas costeras, sino que la exposición al sol tiene que estar reglada y que los padres sepan que a esas edades el niño no debe de estar en la playa", reseñó este especialista, quien reiteró que el uso de estas cremas "está indicado en adultos y niños, pero no en bebés, ya que estaríamos obviando las fuertes irritaciones de piel que les pueden provocar".
De hecho, aludió a la existencia de casos tratados en consulta "con fuertes irritaciones en la piel por la absorción de estos productos". Por ello, recomendó que a esas edades los padres "saquen a pasear a sus bebés a primera hora de la mañana", pero en modo alguno "llevarlos a la playa y dejarlos bajo una sombrilla, ya que los rayos también inciden con el reflejo del agua".
"La luz solar la vamos acumulando de por vida, siendo los niños los más débiles ante esta exposición, ya que tienen la piel más fina y está menos preparada para recibir los rayos", prosiguió Carmona, quien, al hilo de ello, advirtió de que "los niños expuestos al sol, sobre todo durante los dos primeros años de vida, tienen más riesgo de desarrollar un cáncer a edad adulta".
En estos casos, es decir, en niños que ya tienen una cierta edad, sí aconsejó la aplicación de fotoprotectores resistentes al agua, al sudor y al frotamiento. En estos casos, recomendó el uso de fotoprotectores solares minerales --no absorbibles por la piel-- frente a los químicos --sustancias absorbibles por la piel--.
Con todo, puntualizó que "cada día aparecen menos casos de niños con quemaduras solares", un logro que responde "a que cada vez estamos más concienciados de estos problemas".
De otro lado, se refirió a las posibles picaduras de insectos, casos para los que recomendó el uso de repelentes; así como de picaduras de medusas en la playa, para los que aconsejó en un primer momento "lavar frecuentemente la piel del niño con agua salada o avinagrada para retirar los restos de la medusa".
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