lunes, 11 de septiembre de 2006

Guía de primeros auxilios

El brillo de una pequeña moneda caída sobre la alfombra, los frascos de detergentes que parecen bolos para jugar, las medicinas coloreadas de la mesita de noche que son como caramelos... Para tu hijo, el ambiente doméstico presenta muchos atractivos y los números hablan con claridad: durante los cinco primeros años de edad más del 50 por ciento de los accidentes se producen entre las paredes domésticas.

¿Cómo enfrentarse a ellos? En primer lugar, no hay que perder la calma, evaluar los daños sufridos por el pequeño y actuar con rapidez, siguiendo las normas de primeros auxilios.

•Mordiscos y arañazos

En el caso de que tengas un perro o un gato en casa, puede que, sin querer, éste arañe o muerda al pequeño. Aunque el animal haya sido vacunado, las bacterias que hay en la saliva pueden infectar la herida.

- ¿Qué hay que hacer?
Enjuagar la herida con abundante agua y limpiarla bien. Taponarla con una gasa esterilizada y, si sangra abundantemente, mantener la parte herida más elevada que el corazón. Es el médico quien debe decidir si conviene administrar un antibiótico o una vacuna contra la rabia o el tétanos.

- ¿Qué debe evitarse?
Las pomadas antibacterianas, porque al tapar la herida se puede favorecer la proliferación de los microorganismos contenidos en la saliva.

• Cortes y heridas

Se resuelven fácilmente, siempre que se haya administrado al niño la vacuna antitetánica y sus correspondientes dosis de recuerdo.

- ¿Qué hay que hacer?
Limpiar la herida con agua y una gasa esterilizada. Los cortes superficiales se desinfectan y después se protegen con gasa y esparadrapo. En caso de abrasión, hay que utilizar vaselina para evitar que se forme una costra dura. Si el corte es profundo y sangra abundantemente, hay que hacer presión utilizando una gasa esterilizada enrollada y, después, hay que llevar al niño a un centro de urgencias.

- ¿Qué debe evitarse?
Desinfectar la herida con algodón hidrófilo y hacer nudos demasiado apretados más arriba de la herida, que bloquearían la circulación.

• Sangre en la nariz

El tabique nasal tiene una mucosa muy vascularizada que, si se rompe, puede sangrar muy fácilmente.

- ¿Qué hay que hacer?
Coger la nariz del niño entre el pulgar y el índice, y apretar fuertemente durante algunos minutos hasta conseguir que el flujo se detenga.

- ¿Qué debe evitarse?
No hay que flexionar hacia atrás la cabeza del pequeño, porque podría tragar sangre, y no introducir algodón hemostático en los agujeros de la nariz para parar la hemorragia.

• Quemaduras

En estos casos, es fundamental intervenir cuanto antes.

- ¿Qué hay que hacer?
Poner la quemadura bajo un chorro de agua fría y, si es muy extensa, aplicar un paño limpio mojado. La ropa sólo hay que quitarla después de haberla mojado y con cuidado. En el caso de quemaduras en los brazos y en las piernas, éstos deben mantenerse más elevados que el corazón para evitar que se hinchen.

- ¿Qué debe evitarse?
No se han de perforar las ampollas para evitar el riesgo de que se produzcan infecciones, quitar la piel quemada o aplicar remedios caseros (aceite, clara de huevo, etc.), porque podrían aumentar el riesgo de infecciones.

• Golpes en la cabeza

Si el pequeño se cae desde una altura inferior a un metro, casi nunca es motivo de preocupación. Si pierde el conocimiento, se le ha de llevar a un servicio de urgencias. Una buena señal es que no vomite ni palidezca, aunque llore a causa del dolor y del susto.

- ¿Qué hay que hacer?
La aplicación de hielo reduce la hinchazón y bloquea la formación del hematoma.

- ¿Qué debe evitarse?
Se puede dejar de controlar al pequeño si 24 horas después de producido el accidente no se ha presentado ningún síntoma alarmante (fuerte somnolencia o vómitos repetidos).

• Ahogamiento

Es uno de los accidentes más corrientes.

- ¿Qué hay que hacer?
Si el pequeño tiene menos de un año, hay que sentarse manteniéndole boca abajo e inclinado hacia delante, sosteniéndole la cabeza con el antebrazo. Después, hay que propinarle unos golpecitos entre las paletillas. Si no vuelve a respirar, será mejor darle la vuelta, apoyarlo en una superficie rígida y presionar cuatro veces en el centro del tórax. Si el niño tiene más de un año, es preferible la llamada maniobra de Heimlich, que consiste en tener al pequeño boca arriba encima de una superficie rígida, apoyar las manos una encima de la otra entre el esternón y el ombligo, y empujar unas diez veces en dirección al tórax. En niños más mayorcitos, esta maniobra se practica abrazando por detrás, con el niño de pie, el tronco, y realizando las compresiones de la misma manera. Sólo si con estas maniobras no se obtiene ningún resultado, se abrirá la boca del pequeño procurando descubrir el cuerpo extraño y eliminarlo. Mientras, lo mejor será llamar a la ambulancia.

- ¿Qué debe evitarse? No hay que introducirle un dedo en la boca a ciegas, porque se podría provocar una obstrucción aún más grave.

• Introducción de objetos en la nariz y el oído

También suele ser uno de los accidentes más frecuentes.

- ¿Qué hay que hacer?
Sólo en el caso de que el objeto sea perfectamente visible, se puede intentar sacarlo con unas pinzas. Si se ha bloqueado en el conducto auditivo, hay que inclinar la cabeza del niño hacia el lado del oído afectado y zarandearlo delicadamente.

- ¿Qué debe evitarse? De no obtener resultados, hay que renunciar y es necesaria la intervención del médico.

Desde | http://www.mamasybebes.com.ar/

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