Cuando una mujer decide usar un método anticonceptivo definitivo, en muchos casos se somete a la ligadura de trompas de Falopio, una de las técnicas más seguras para impedir el encuentro del espermatozoide con el óvulo. Pero, ¿qué ocurre si, en el futuro, la mujer cambia de opinión y desea tener hijos? ¿Es reversible este procedimiento de esterilización?
Lo es. En esta situación, hay dos opciones para intentar un embarazo: recurrir a la fecundación in vitro o someterse a una operación de microcirugía para revertir la ligadura. La fecundación in vitro resulta cara si se quieren evitar las largas listas de espera de los hospitales públicos, supone un mayor riesgo de embarazo múltiple y requiere la estimulación ovárica mediante tratamientos hormonales.
La reversión de trompas quirúrgica ofrece una tasa media del 55% de éxito de embarazos, un "índice que podría superar el 70% en mujeres de menos de 35 años", asegura José Mínguez Milio, ginecólogo de la Clínica Universitaria de Navarra. Sin embargo, para que la reversión sea efectiva es necesario que la técnica de la ligadura haya mantenido viable la parte distal de las trompas (la porción de las fimbrias o terminaciones próximas al ovario) y que éstas tengan una longitud mínima de cuatro centímetros para que no hayan perdido funcionalidad.
Otra de las limitaciones de practicar la reversión es la edad de la mujer: por encima de los 40 años el porcentaje de éxito de concebir un hijo es mucho menor, alrededor del 40%, y entonces lo recomendable es utilizar técnicas de fertilización in vitro. Muchas veces se aprovecha el momento del parto para realizar la ligadura de trompas cuando éste se hace por cesárea, dice Mínguez Milio. El sistema clásico de ligadura consiste en seccionar en dos partes el conducto de las trompas y anudar los dos cabos resultantes. Un método más moderno se realiza por vía laparoscópica y se basa en colocar un clip de material plástico en mitad del conducto. A veces, la ligadura se ha efectuado extirpando la trompa o una parte importante de ésta, y entonces la reversión es imposible.
Como se han dado algunos casos, muy raros, de embarazo pese a haberse sometido a una ligadura, algunos ginecólogos optan por extirpar la trompa completamente "de manera defensiva y como método para garantizar una esterilización total", añade. Si durante estas intervenciones sólo se ha extirpado las fimbrias, en algunos casos sí que es posible la repermeabilización de la canalización, "pero, aún así, es muy difícil que la paciente se quede embarazada".
Según una encuesta sobre fecundidad realizada en 1999 por el Instituto Nacional de Estadística a mujeres de 15 a 49 años, de los casi seis millones de españolas que usan métodos anticonceptivos, más de 600.000 han recurrido a la ligadura de trompas. La Sociedad Española de Contracepción estima que alrededor del 14% de las mujeres mayores de 40 años usan la ligadura de trompas como método anticonceptivo permanente.
"Es difícil saber cuántas mujeres deciden revertir las ligaduras, pero no son muchas. La mayoría desconoce que existe la posibilidad de hacerlo", añade Minguez. En los últimos 15 años, calcula que han revertido la ligadura a unas 40 mujeres, pero estadísticas hechas en países anglosajones indican que entre el 10% y el 15% de las mujeres esterilizadas mediante este método desean luego tener un hijo.
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