viernes, 9 de mayo de 2008

La Primera Visita Al Oftalmologo

Si su hijo se estrella constantemente o acerca demasiado los objetos a la cara, puede necesitar una visita al optómetra. Sin embargo, hay defectos visuales que no son tan evidentes, por eso un examen antes de los dos años es mandatario.

No espere que los problemas visuales desaparezcan de los ojos de su hijo mágicamente. Recuerde que se pueden detectar y tratar desde el nacimiento. Por eso los expertos recomiendan una visita al oftalmólogo antes de que el bebé cumpla los 24 meses de vida.

Cuando el bebé nace, el pediatra le hace un examen general de ojos y de acuerdo con su dictamen, lo puede remitir o no al oftalmólogo teniendo en cuenta los antecedentes de la madre durante el embarazo: si sufrió de rubéola, sarampión, varicela o toxoplasmosis, los cuales generan un riesgo ocular en el niño.

Otros indicadores fundamentales para llevar al bebé al especialista son los antecedentes de la familia. Se presenta más riesgo si el papá o la mamá tienen enfermedades congénitas oculares. Según el oftalmólogo Juan Pablo Castañeda, algunas señales determinantes son: la desviación en los ojos, la falta de atención del niño y la distracción que le causa la luz.

Además, los bebés prematuros, sobretodo los niños cuyo peso está por debajo de 1.700 gramos, corren el riesgo de sufrir de enfermedades en la retina. Todos deben ser controlados desde el primer mes, asegura la oftalmóloga y pediatra, María Clara Herrera.

Cuándo hay que usar gafas

Los juguetes no faltan en la cita con el oftalmólogo para que no le tenga miedo al doctor. En la primera parte del examen, éste indagará la historia médica, los antecedentes y los síntomas que notan sus padres. Luego, el niño se someterá a un examen de agudeza visual.

En bebés que no superan el año de vida se mira el patrón de seguimiento de un objeto aunque claramente no lo identifique. A los dos años ya pueden determinar figuras como patos y casas. De los tres en adelante los optotipos son distintos y más confiables.

Hecho el examen, se dará el diagnóstico, el tratamiento que necesita y si es necesario utilizar gafas.

Una vez los papás entiendan cómo ve el niño y cómo debería ver, pueden asumir dos posiciones: entender que las gafas de su hijo son un castigo o concebirlo como una actitud terapéutica para que mejore la visión.

La respuesta al tratamiento depende en gran medida de la posición de papá y mamá, pero en general, todos los niños se adaptan. La perseverancia y la paciencia de los padres son indispensables para lograr el éxito del tratamiento, asegura la oftalmóloga.

La demora en la adaptación depende de la fórmula médica que tenga que usar, la edad del niño y su temperamento.

Al comienzo será una guerra para que el niño use las gafas, porque se las quitará constantemente, pero para que se acostumbre los padres pueden idear estrategias como por ejemplo, hacer que el niño vea el programa favorito pero solamente si tiene las gafas puestas. Esta perspectiva terapéutica se reflejará en una respuesta positiva por parte del menor. Pero si para el padre las gafas son una imposición, el niño lo tomará como un castigo.

Desordenes visuales más comunes en los pequeños

Para los padres es difícil detectar que su hijo presenta inconvenientes visuales, aunque hay algunos evidentes y fáciles de descubrir como un estrabismo, la opacidad en los medios y la pupila blanca.

Sin embargo, un error disminuye la capacidad de visión del niño y puede no ser tan evidente, es el caso de la ambliopía o pereza visual.

Ocurre cuando alguno de los ojos del bebé no desarrolla todo su potencial, no se forma una imagen correcta y su cerebro no aprende a ver. Como resultado, se presentan defectos como: miopía, ambliopía hipermetropía y astigmatismo.

La ambliopía entre más temprano se trate es más fácil de resolver. Se puede corregir con gafas en el momento oportuno. El tiempo de recuperación varía dependiendo de la edad y de que tan grande sea el defecto. Según la oftalmóloga y pediatra María Clara Herrera, después de los 5 años es muy difícil alcanzar la total mejora.

Otro problema es el estrabismo, que se presenta cuando un paciente tiene un ojo volteado de manera intermitente o permanente. Muchos estrabismos requieren de cirugía para corregir la desviación, pero hay que seguir desarrollando el potencial visual, lo cual se hace tapando con un parche un ojo para obligar al malo a trabajar.

Signos de alarma

* Antecedentes familiares.
* Desviación de los ojos.
* Alteración en la forma, color y brillo en los ojos.
* Si se tropieza con los objetos y caminando se pega.
* Si pierde el interés por algunas cosas llamativas.
* Si el niño tiene la pupila blanca o una mancha en el ojo.


Desde | ABC Bebe

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