En un estudio realizado en Estados Unidos, investigadores les indicaron al azar a 194 embarazadas usar un chicle de nicotina o uno placebo durante seis semanas, seguidas de otras seis semanas de reducción gradual de la terapia.
Todas las participantes recibieron también asesoramiento individual para dejar de fumar. A las que no podían abandonar la adicción se les dijo que debían reducir la cantidad de cigarrillos diarios y reemplazar el chicle según fuera necesario.
Las tasas de abandono no fueron significativamente distintas entre ambos grupos, según halló el equipo dirigido por Cheryl Oncken, de la Escuela de Medicina de la University of Connecticut, en Farmington.
No obstante, el uso del chicle de nicotina disminuyó a 5,7 la cantidad de cigarrillos consumidos por día y el chicle placebo, a 3,5 cigarrillos diarios.
Asimismo, los bebés de mujeres que mascaron chicle de nicotina en lugar de chicle placebo pesaban significativamente más al nacer y nacieron casi a término.
Fumar cigarrillos aumenta el riesgo de tener un bebé con bajo peso al nacer y parto prematuro.
A pesar de estos resultados, el equipo recomienda que las embarazadas fumadoras no usen el chicle de manera regular porque existe evidencia en animales que la exposición a la nicotina produce anormalidades celulares que elevarían el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante.
El uso del chicle de nicotina y otros productos de reemplazo no está aprobado para las embarazadas.
Desde | Buena Salud
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