La temporada navideña puede ser muy estresante en lo que se refiere a mantener la seguridad de tu pequeño. Partes pequeñas de los juguetes, adornos que se rompen, velas, plantas venenosas: ¿hay algo de lo que no tengas que preocuparte?
Esos días vas a tener que redoblar tus esfuerzos para asegurarte de que al bebé no le pasa nada. Al haber mucho más ajetreo y personas de lo normal, es preciso que prestes especial atención a tu entorno para que el bebé no se lastime, especialmente si pasas la Navidad en casa de familiares o amigos que no están bien informados sobre las técnicas de protección del bebé.
Estos son algunos de los peligros que debes evitar durante las fiestas:
• Atracción al fuego. Asegúrate de que las velas encendidas quedan fuera del alcance del bebé. Si vas a pasar tiempo delante de una chimenea con el fuego prendido, coloca una pantalla de protección y guarda los fósforos y los atizadores en un lugar donde no puedan causar daño.
• El problema del árbol. Para algunos bebés especialmente activos las ramas del árbol de Navidad son el equivalente del monte Everest, y tu bebé en cuanto pueda voltearse o estirarse podría tratar de alcanzarlas, simplemente porque están cerca. Algunos padres instalan una valla protectora alrededor del árbol, mientras que otros optan por colocar un árbol pequeño en un lugar elevado y lejos de las manos del bebé. Otra posibilidad es poner tu árbol y los regalos en el parquecito de juego, ¡pero sin dejar entrar en él a tu bebé!
• Manos largas. A los 5 o 6 meses el bebé puede ya ser capaz de voltearse sobre su estómago y agarrar los juguetes , cables, o adornos que queden a su alcance. (Para los 2-3 meses ya saben voltearse del otro lado, es decir del estómago sobre la espalda, cobrando impulso con las piernas).
Comprueba que los cables eléctricos quedan escondidos detrás de los muebles o compra un aparato para esconder los cables. No dejes en el piso adornos con los que el bebé podría asfixiarse. Mantén fuera de su alcance cualquier cosa que pueda romperse o que sea peligrosa. Los manteles demasiado largos son muy tentadores y tu bebé podría agarrarlos y tirar de ellos.
Si tienes poinsetias u otras plantas típicas de Navidad envueltas en papel de aluminio o con lazos decorativos, colócalas en un lugar alto porque estos productos encierran peligro de asfixia. A diferencia de lo que se cree popularmente, la poinsetia en sí misma no es venenosa (aunque su resina pueda causar irritación). Por otro lado, el muérdago y otras variantes del acebo, sí son tóxicos, por lo que debes mantenerlas lejos del alcance de tu hijo, o colocar otros adornos.
Recuerda que los bolsos y los paquetes que traen los visitantes no están hechos a prueba de niños. Una vez que tu niño adquiera movilidad y coordinación suficiente para alcanzar el bolso de un visitante, guárdalos en un lugar seguro. Esto es importante porque el bolso puede contener medicinas, lápiz de labios, lazos u otros objetos "prohibidos" que normalmente se llevan en los bolsos.
Finalmente, resiste la tentación de colgar algún juguete o adorno nuevo (o algo colgando de una cuerda) en la cuna del bebé ya que podría engancharse y quedar estrangulado en cuestión de minutos.
• Alojamientos potencialmente peligrosos. Si vas a pasar las fiestas en casa de un pariente o si vas a usar una cuna prestada, comprueba que cumplen todas las reglas de seguridad. No permitas que tu pariente, aunque sus intenciones sean las mejores, ponga al bebé a dormir bajo edredones pesados, entre almohadas o en una cama de agua, ni que lo deje desatendido ni un momento encima de la mesa donde lo está cambiando.
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