El equipo dirigido por la doctora Sarah E. Anderson, de la Escuela de Salud Pública de la Ohio State University, en Columbus, halló que casi el 37 por ciento de los niños de 4 a 11 años que jugaba de manera activa lo hacía menos de siete veces por semana, mientras que el 65 por ciento le dedicaba más de dos horas por día a la pantalla.
"Casi un cuarto de los niños en Estados Unidos de entre 4 y 11 años es propenso a tener ambos comportamientos, lo que es especialmente preocupante", dijo Anderson a Reuters Health.
Varios estudios demostraron que los jóvenes en Estados Unidos no están realizando suficiente actividad física y es sabido que muchos niños y adolescentes pasan mucho tiempo mirando televisión o frente a la computadora.
Sin embargo, pocas investigaciones analizaron cómo la prevalencia de la baja actividad física y la conducta sedentaria, que son dos cosas distintas, se superponen, explicó el equipo en la versión en internet de la revista BMC Public Health.
Para investigar el tema, el equipo analizó los datos de National Health and Nutrition Examination Survey, una encuesta nacional realizada en el período 2001-2004, que incluía una muestra nacional representativa de 2.964 niños de entre 4 y 11 años.
Según las respuestas de los padres, más de la mitad de esos niños jugaba de manera activa por lo menos siete veces por semana y alrededor de un tercio pasaba dos o menos horas por día frente a la televisión o la computadora.
El 26 por ciento de los niños combinaba ambas conductas, es decir que jugaba aproximadamente menos de una vez por día y usaba la televisión o la computadora más de dos horas diarias.
Esos niños tendían a ser más grandes, solían ser afroamericanos no hispanos y a tener sobrepeso. Las niñas eran menos propensas a jugar y más proclives a mirar televisión que los varones.
Casi el 20 por ciento de los niños de 4 y 5 años realizaba muy poca actividad y dedicaba mucho tiempo a la pantalla. El 60 por ciento de los varones y el 55 por ciento de las mujeres de esa edad dedicaban más de dos horas por día a la televisión o a la computadora.
Estos resultados demuestran que hasta los más pequeños están adoptando hábitos que los pone en riesgo de ser obesos, indicó el equipo.
"Como sociedad, todos deberíamos comprender eso, en términos de cómo se relaciona con la obesidad y cómo se asocia con el desarrollo infantil", dijo Anderson.
Desde | Buena Salud
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