sábado, 23 de mayo de 2009

Vivir en medio de familias disfuncionales causa efectos negativos en los niños

Más de 9.000 parejas se divorciaron en Colombia ante notarías o juzgados de familia en el 2007. Pero dentro de las cifras oficiales no se cuentan los separados, ni el número de hijos de esas parejas distanciadas.

Ante las cifras, parece común que los niños crezcan en hogares sin alguno de los papás o incluso, sin ninguno. En estos casos, los adultos a cargo deben redoblar los esfuerzos para garantizar la crianza en un ambiente que permita su desarrollo adecuado.

La sicóloga de familia María Helena López señala que crecer en familias disfuncionales podría cultivar sentimientos de angustia, ansiedad o miedo en los niños, que repetirían modelos de agresividad, pasividad o abandono. Les es difícil desarrollar recursos para enfrentar las dificultades en su vida.

Por esa razón, las figuras femenina y masculina son necesarias durante la crianza para la construcción de identidad y la creación de modelos que los relacionen con el mundo. Si falta la mamá o el papá, lo ideal es que exista la presencia constante de tíos, abuelas, primas o amigos, que sean sus referentes, con quienes los niños se puedan comparar, medir o evaluar, depositar su confianza y admiración.

Ante el divorcio, no cambie con sus hijos

- Los padres deben ser conscientes de que el niño no tiene por qué sentir las consecuencias de los problemas de la pareja. La manera como se solucionen las diferencias entre los padres no debe ser notoria para los niños.
- A pesar de la separación, los padres deben estar presentes; cumplir las promesas, llamar constantemente, darles un un lugar y un espacio en su vida, aunque no convivan con ellos.
- Uno de los errores más frecuentes es pretender llenar la ausencia con presencia material y nada de autoridad. Dejar hacer al niño lo que quiera, para no regañarlo o corregirlo durante el poco tiempo que pasan juntos.
- Los padres que están solos tienen doble trabajo. De acuerdo con la sicóloga María Carolina Sánchez, debe haber un balance entre lo normativo y lo placentero, lo lúdico y lo obligatorio. Incluso en los tipos de juegos.

Desde ABC del BB

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