La expresión “piel de bebé” es utilizada como sinónimo de piel suave, tersa y fresca, a la vez que delicada. De esta forma, la piel de los bebés es un 40 por ciento más delgada que la de un adulto, por lo que precisa de unos cuidados específicos más exhaustivos.
De hecho, de la adecuada protección de la piel en estas edades tan temprana va a depender, en gran medida, su salud en el futuro. Hemos de tener en cuenta que la piel es el primer y principal punto de contacto de nuestro cuerpo con el exterior. No en vano la piel cumple su función principalmente como escudo del organismo ante las agresiones que, desde el primer minuto de vida, llevan implícitos el contacto con la atmósfera y, en general, con todos los elementos que nos rodean.
De todos modos, esto es algo que tampoco debe obsesionarnos, pensando que todo lo que el bebé toque supone una amenaza, puesto que los expertos en pediatría aseguran que el contacto del bebé con su entorno también ayuda a que el organismo desarrolle su propio sistema inmunológico, algo que queda mermado si alojamos al bebé en una especie de “burbuja”.
Los primeros problemas en este sentido surgen con las temibles rozaduras, especialmente las producidas por los pañales y el contacto de la piel del bebé con prendas confeccionadas con tejidos demasiado agresivos.
Los remedios tradicionales no tiene por qué ser necesariamente nocivos, pero sí menos efectivos que los prescritos por los dermatólogos y pediatras. Especial atención merece el uso de ungüentos y cremas, ya que pueden producir irritaciones, infecciones o incluso intoxicaciones en la piel del bebé si contienen sustancias o ingredientes agresivos. Es importante, en este apartado, que se apliquen productos dermatológicamente neutros como los que contienen PH5.5 –que está presente en la superficie cutánea como medio natural de protección-.
Así, conviene seguir un cuidado adecuado de la higiene corporal –sin caer en el celo excesivo- y cuidar la composición de todo aquel líquido, fluido o crema que vayamos a aplicar sobre la piel y el cabello del bebé: estamos hablando de colonias, gel de baño, champús, lubricantes y cremas, toallitas húmedas, etc.
Desde | Innatia
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