martes, 25 de agosto de 2009

"Te invito a casa luego de la escuela"

Tu hijo se encuentra en una edad en la que le encanta estar con otros pequeños y pasar el mayor tiempo posible con ellos. Por eso insiste incluso en invitarlos a vuestra casa, una experiencia muy positiva para él.

A los 4 años el niño ya sabe cómo entablar amistad con otros pequeños.

“¿Te vienes a mi casa a merendar y a jugar con mis muñecas?”, pregunta Elena a su amiga Esther, con una enorme ilusión, mientras montan en los columpios.

“¿Es que todavía no habéis jugado bastante?”, apunta su madre, “llevamos toda la tarde en el parque”.

MÁS MADUREZ EMOCIONAL

¿Te suena esta escena? No te sorprendas de que tu pequeño tenga tantas ganas de estar con otros niños.

A su edad ya dispone de ciertas habilidades sociales que le facilitan el contacto con sus coetáneos:

* Le resulta más fácil compartir sus juguetes porque su sentido del “yo” está mucho más asentado que hace un año, cuando dejar sus cosas equivalía casi a prestar una parte de sí mismo. Y porque se ha dado cuenta de que prestar no significa perder.
* Ahora sabe negociar y hacer tratos (“tú eres la mamá que llega de trabajar y yo el bebé que quiere el biberón, ¿vale?”). Y también es capaz de renunciar a una idea con tal de que el juego prosiga. A esto se une que ha ganado mucha fluidez verbal. Ya dispone de unas 1.500 palabras para expresar lo que quiere.

El peor insulto para un niño de 4 años es “ya no eres mi amigo”.

Por primera vez en su vida son importantes las opiniones de personas distintas a sus padres y el contacto con sus amigos se ha convertido en algo muy valioso, ya que a través de ellos se descubre a sí mismo.

Gracias al “toma y daca” con los otros pequeños va dándose cuenta de cómo se relaciona él, cómo reacciona ante las frustraciones, qué puede hacer para salirse con la suya...

Y también se percata de cómo se comportan los demás. Por todo ello es bueno que, si a tu hijo le hace ilusión, invites a un amiguito suyo a vuestra casa.

SONRISAS Y LÁGRIMAS

A pesar de sus ganas de tener a su amigo en casa, no es raro que al poco rato de estar juntos se peleen o discutan.

Por eso debes vigilarlos y estar al tanto. Estas pautas te ayudarán cuando los ánimos se calienten:

* Deja que cada uno te cuente su versión de lo ocurrido. Muchas veces esto basta para que sigan jugando tranquilos. Y si no, ofréceles alguna solución, como jugar primero a lo que quiere uno y luego a lo que le gusta al otro.
* Proponles un descanso, como merendar o ver una película. Jugar juntos les exige mucha energía y es lógico que después de pasar un tiempo juntos, terminen cansados. El agotamiento merma su capacidad para aguantar frustraciones, por eso no conviene alargar las visitas más de dos horas.
* Si se enzarzan en una pelea, sepáralos y anímales a solucionar su problema con palabras. A esta edad todavía es normal que recurran al lenguaje no verbal, pero aun así, cada pelea, cada reconciliación y cada rato que pasan juntos es una nueva oportunidad para fomentar su sociabilidad.

Desde | Crecer Feliz

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