Su tamaño continúa aumentado, mide alrededor de 43 a 45 cm y peso aproximadamente 2300 a 2500 gramos.
Todos sus órganos ya se encuentran desarrollados, excepto los pulmones. El lanugo que cubría su cuerpo comienza a desaparecer.
La grasa ya ha tensado completamente la piel (que ya es de un color rosado claro) y el lanudo que ha desaparecido, es reemplazado por un unto sebáceo.
El corazón del bebé continúa latiendo aceleradamente, 120 a 140 latidos por minuto.
El abdomen de la madre ya es muy grande y junto al aumento de peso, la fatiga es una consecuencia normal. Además, por el desigual reparto de peso corporal, el equilibrio es más precario.
La respiración es cada vez más dificultosa y agitada. Suele sentir recuentes dolores de espalda y lumbares, pinchazos en diferentes partes del cuerpo, dolores de cabeza, todo síntomas normales en esta última etapa del embarazo.
En el octavo més de embarazo la mamá se siente intranquila, impaciente y con un poco de miedo ante el parto ya casi inminente.
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