El TGD (Trastorno General del Desarrollo) es el nombre con el que la Sociedad de Psiquiatría Americana estudia patologías como el autismo y otros síndromes que están en aumento en todo el mundo. Aunque las causas siguen siendo una incógnita, se calcula que además de la predisposición genética, los factores ambientales tienen su responsabilidad en el asunto.
Los primeros síntomas de este tipo de trastornos se manifiestan entre los 6 y los 15 meses de vida y corresponden a:
* la falta de comunicación,
* la realización de movimientos repetitivos, y
* mayor interés en objetos inanimados, como juguetes.
Ningún caso es igual a otro y pueden presentarse de manera leve, moderada o profunda. Habitualmente el TGD es abordado con psicoterapia individual, educación especial, medicación u hospitalización.
Existen diferentes trastornos TGD entre los cuales se encuentran:
* Autismo
* Síndrome de Asperger
* Síndrome de Rett
* Trastorno Desintegrativo de la Niñez
A excepción del Trastorno de Rett, que afecta más frecuentemente a las mujeres, el resto de los TGD afectan a los varones casi cuatro veces más a menudo que a las mujeres. Asimismo, su afectación no parece hacer excepciones entre razas y/o nivel socio-cultural.
La mayoría de los niños parecen adquirir sus habilidades sociales por osmosis, pero los niños con TGD no. Las habilidades sociales tienen que ser enseñadas específicamente, y reforzadas una y otra vez. Para algunos niños, las interacciones sociales exitosas como, por ejemplo, poder jugar puede ser su propio premio, mientras que para otros, no.
La mayoría de niños del espectro autista están confundidos por la complejidad de la escena social, prefiriendo interaccionar según sus propias reglas y pueden parecer socialmente "despistados". Sin embargo la flexibilidad puede ser aprendida siempre y cuando el tema sea tratado con espíritu divertido y se insista animando al niño.
Señales de Alarma o Preocupación
Los síntomas más comunes del TGD son los siguientes:
Interacción social muy limitada o bien alterada con familiares y extraños: los padres describen a los niños autistas como "poco afectuosos" tanto dentro como fuera del seno familiar. Evitan el contacto visual y no muestran interés en interactuar con otros niños. Son niños que "no se tranquilizan" con el contacto físico.
Desarrollo del lenguaje lento y tardío: una vez desarrollado, no lo utilizan para comunicarse con los demás y con frecuencia se les encuentra repitiendo palabras o frases cortas de forma reiterativa (ecolalias). Muchas veces, los niños con rasgos autistas hacen un uso "instrumental" de la comunicación, exclusivamente para conseguir cosas, no para el intercambio social
Comportamientos repetitivos: se balancean sin parar y agitan las manos y los dedos durante largos períodos de tiempo. Tienen muchos rituales y no toleran bien la espontaneidad.
Gran sensibilidad a los estímulos sensoriales externos, como luces, ruido y objetos en movimiento: con frecuencia se quedan ensimismados o reaccionan de forma agitada a estímulos que el resto de la población considera normales.
Desde | Medicina del desarrollo
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