Te contamos las pruebas médicas más comunes que debes realizarte durante tu embarazo.Las pruebas médicas prenatales pueden llegar a ser realmente estresantes. Debido a que muchas mujeres que obtienen resultados anormales finalmente tienen bebés saludables y muchos de los problemas que son detectados no pueden ser tratados, algunas mujeres deciden no realizar algunas de estas pruebas. Poniéndonos en el peor de los casos, estas pruebas pueden ayudarte sustancialmente en caso de que el feto presente problemas. Podrás prepararte emocional y médicamente para tratar las cuestiones con las que te puedes enfrentar cuando tu hijo nazca; y tu médico podrá ayudarte a establecer prioridades, exponerte los hechos y hablar contigo de las posibles opciones.
Evidentemente, las pruebas son opcionales, no obligatorias. De hecho, podrás preguntarle a tu médico por qué pide determinadas pruebas, qué riesgos y beneficios te aportan y, lo más importante, qué te dirán los resultados.
Pruebas sanguíneas más recomendadas
Son sencillas y no tienen efectos secundarios, pero no podrán indicarte si el feto tiene problemas; sólo te dirá si corre un riesgo por encima de lo normal. En este último caso, los médicos suelen recomendar la realización de otra prueba, en este caso diagnóstica. Las pruebas sanguíneas más habituales son la de alfa-fetoproteína (mide los niveles en la madre de esta proteína producida en el hígado del feto); y la de marcadores múltiple (mide los niveles de alfa-fetoproteína y de otros dos cuerpos químicos: la gonadotropina coriónica y el estriol).
Pruebas diagnósticas
Estas pruebas pueden detectar una amplia variedad de enfermedades y desórdenes (afortunadamente, en la gran mayoría de los casos estas pruebas suelen traer buenas noticias: el feto está bien). Las más comunes son las que a continuación enumeramos:
-Ultrasonido (ecografía): Se utiliza para obtener información en los embarazos normales y para diagnosticar problemas. A muchos médicos les gusta realizar esta prueba para contar con una información extra y porque saben que los futuros padres se sienten conmovidos y tranquilizados cuando ven los movimientos de su bebé en la matriz.
-Monitorización fetal: Esta prueba se puede llevar a cabo varias veces a la semana e incluso diariamente en caso de embarazos de alto riesgo, especialmente si la mujer tiene presión arterial alta o diabetes, o si el feto no parece crecer de forma apropiada.
-Amniocentesis: Sirve para comprobar si el feto puede tener síndrome de Down u otro problema cromosómico, así como una amplia gama de deficiencias genéticas.
-Análisis de las vellosidades placentarias: Se trata de una prueba similar a la anterior, con la diferencia de que puede hacerse antes, entre las 10 y las 12 semanas posteriores a la última menstruación de la mujer.
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