jueves, 28 de octubre de 2010

Expertos aseguran que uno de cada diez atletas infantiles resulta lesionado

Los expertos coinciden en que la participación en los deportes entre los niños y los adolescentes es una tendencia bienvenida, pues enseña acerca del trabajo en equipo y sienta las bases para el ejercicio durante toda la vida. Sin embargo, los altos índices de lesión no son tan buenos.

Cerca de 38 millones de niños y adolescentes de los EE. UU. practican deportes organizados, según los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU. Además, cerca de uno de cada diez necesita atención médica para las lesiones deportivas, según Safe Kids USA, un grupo de defensoría.

La organización ha lanzado una iniciativa educativa, apoyada por Johnson & Johnson dirigida a reducir las lesiones educando a los padres, los hijos y los entrenadores.

"Lo que realmente nos llama la atención es que, como esperamos, muchas de estas lesiones se puedan prevenir", señaló el Dr. Jamie Freishtat, pediatra, vocero y bloguero de Safe Kids USA.

Entre la amplia variedad de lesiones se encuentran raspaduras y moretones, esguinces y torceduras, lesiones en la cabeza, lesiones relacionadas con el calor y hasta la muerte.

Algunas lesiones son lo que los médicos llaman agudas, como fracturas o rotura de ligamentos, o son causadas por los efectos graduales del empleo excesivo de los músculos. "El músculo simplemente se agota", señaló el Dr. John Hurley, cirujano ortopedista de Summit Medical Group en Berkeley Heights, Nueva Jersey, que trabaja con Safe Kids USA.

"Estos niños se especializan en deportes cuando tienen 7 u 8", dijo, y la tendencia no es saludable. Se opone a que un niño practique el mismo deporte por doce meses consecutivos porque es una invitación a las lesiones por uso excesivo.

Hurley y Freishtat coincidieron en que los padres pueden hacer mucho por revertir las estadísticas de las lesiones. Aconsejan:

* Someta a su hijo a un examen físico antes de iniciar la participación, aún si no es requerido. Esto debe incluir un historial médico extenso que incluya antecedentes familiares, aseguró Freishtat. "El propósito es promover la salud y la seguridad, no excluir [a los niños de los deportes]".
* Ayude a su hijo a crear metas realistas y saludables. Esto implica que esos puntos extremos están fomentando amistades, trabajo en equipo y espíritu deportivo. Las metas poco realistas, según Freishtat, esperan la perfección y no permiten los errores. Algunos padres esperan que los niños se desempeñen de la misma manera, dijo, y eso no es tan realista.
* Mezcle los deportes. Ese entrenamiento cruzado es bueno, aseguró Hurley. El entrenamiento en fuerza puede ayudar a reducir las lesiones por exceso de uso también, dijo. Los niños pueden comenzar a los diez o los once años, con permiso de su médico con pesas ligeras y repeticiones múltiples.
* Participe en los deportes de sus hijos. Esto no significa interferir con el entrenamiento desde las bandas, recomendó Freishstat. En cambio, debe tener conversaciones con el entrenador y preguntar por prácticas saludables como pausas para tomar agua (cada veinte minutos) y si los entrenadores están certificados para administrar RCP y primeros auxilios.
* No se debe escatimar con el equipo. Los expertos coincidieron en que el equipo adecuado, cascos y espinilleras, por ejemplo, pueden lograr mucho en materia de prevención de lesiones. "Asegúrese de que se ajusten correctamente y de que estén bien mantenidos", agregó Freishstat.
* Preste atención a los síntomas y al estado de ánimo de su joven atleta. Olvídese de decirles que "sean valientes", recomendó Freishstat. Es normal sentir algo de dolor, pero no por mucho tiempo. "Si un niño tiene dolores por más de una semana o dos, algo anda mal", advirtió Hurley.

El consejo es válido para Wendy Ferrara de Mt. Arlington, Nueva Jersey, cuyo hijo Andrew, que ahora tiene 13, se rompió un ligamento cuando estuvo de lanzador en un juego de campeonato la primavera pasada. "Había estado sufriendo algo de dolor en el brazo", dijo, pero él y su madre pensaron que eran cosas normales del juego.

Durante el gran juego, una bola rápida agravó el dolor. "Cuando lancé esa bola, oí un chasquido y un crujido en el codo", recuerda Andrew. Poco después, una IRM mostró una rasgadura parcial en el ligamento del codo.

Hurley, que lo cuidó, le dio órdenes estrictas. No podía lanzar por un año entero.

El año se cumple en mayo próximo y Andrew está siguiendo al pie de la letra las órdenes del médico. Luego de 18 sesiones de fisioterapia, su codo está mucho mejor. Pero ahora, Andrew va a jugar otra cosa. Este otoño va a jugar fútbol americano y va a dejar el béisbol por algún tiempo.

"Me encanta lanzar", dijo. Pero está pensando a largo plazo. Va a esperar, va a entrenar en otra cosa un tiempo y le prestará mucha más atención al dolor en el futuro, dijo.

Desde | HealthDay News/HolaDoctor

La nota fue extraída del link anterior. Si tienes dudas o sugerencias sobre derecho de autor favor de remitirse a la liga mencionada con anterioridad.

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