La polémica es interminable. Y la última evidencia demuestra que la nalgada puede ser más dañina que beneficiosa.
Una encuesta realizada con 366 madres y niños en China, India, Italia, Kenya, Filipinas y Tailandia, reveló que aun en los lugares donde dar nalgadas es una norma arraigada, los niños que son disciplinados físicamente se comportan en forma mas agresiva y ansiosa que los que reciben menos disciplina física o ninguna.
Y lo que es peor: los niños imitan a los padres y, si observan que una situación se resuelve por medio de la violencia física, tendrán tendencia a recurrir a esta.
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