La disciplina no es sinónimo de castigo, por esto hay que educarlos y guiarlos con mucho amor, respeto y paciencia para que los menores no se sientan amenazados, ni temerosos.
Recuerda que es importarte siempre darle las pautas adecuadas a su edad y a su desarrollo, no le exijas ni esperes más de lo que puede dar.
¡Disciplina con respeto!
Tu hijo ya está más grande y puede entender lo que le dices. Es el momento de dialogar con él e inculcarle valores que le den pautas de buen comportamiento.
Descríbele al niño como quieres que se comporte en diferentes lugares, por ejemplo en una fiesta infantil. Hazlo justo antes de llegar a esa celebración.
Así mismo, describe las acciones negativas que realizó, explícale el cómo, cuándo, con quién y dónde y cuál debería ser el comportamiento correcto.
Si en público tu hijo tiene alguna rabieta, no lo regañes, llévalo a un lugar privado para que se calme. Luego, le dirás lo que estuvo mal.
Cuando el niño insista en realizar algo negativo trata de negociar con él ofreciéndole otra alternativa.
Ni los castigos físicos ni verbales son aconsejables, el niño puede volverse más rebelde.
No uses palabras fuertes o violentas como por ejemplo: "Tú eres distraído" o "no seas torpe" porque bajarán su autoestima y replicará este trato con sus hermanos o amiguitos.
Para crear consistencia en la vida de tu hijo y que sea más fácil inculcarle disciplina, establece rutinas para sus actividades diarias. Por ejemplo: las horas de las comidas, del baño, del juego y de ir a la cama deben ser las mismas.
Ofrécele opciones para sus tareas, por ejemplo puedes recoger tus juguetes ahora o después de la comida.
Lo que le enseñes a tu hijo hoy, hace parte de su comportamiento en el futuro. El mejor legado que le puedes dejar a ese personita tan especial para ti, es saber cómo actuar en las diferentes facetas de la vida.
Johnson & Johnson Colombia
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