jueves, 25 de octubre de 2007

Otros nombres terribles para bebes


Padres registran a sus hijos con nombres de Yahoo, Carlo Corinto, Michelin y Árbol, entre otros; cambiarlo implica acudir al TSJDF

Yahoo, Árbol, Sobeida, Soila Rosa Del Prado, Blanca Nieves Vera, Juan Calzón Romano, Piritipio y Hermione, son algunos nombres reales que están inscritos en el registro civil de Mexicali y el Distrito Federal, donde no hay límites a la hora de designar el nombre o los nombres a un bebé.
Si a los padres se les ocurre ponerle hasta diez nombres a su hijo, sí se puede. O si desean nombrarlo como se llama el artista de moda (Luis Miguel, Shakira, Elvis o Thalía), o de una fragancia (Carlo Corinto), o bien, de una empresa de llantas (Michelin), también se puede.
O si desean el nombre de alguna villana o heroína de un cuento (Blanca Nieves o Hermione, amiga de Harry Potter), o el nombre de algún producto comercial (Burger King, como llamaron a un niño en Ecuador), no hay nadie que lo impida; incluso si lo quieren bautizar como: “Hittler”.
“Aeropajita”, así le pusieron a una niña en Coahuila en 1923, por el nombre de una empresa de correos. Por eso, en ese estado como en Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Jalisco, Querétaro, Quintana Roo y San Luis Potosí, se cambió el Código Civil para prohibir a los padres de familia poner a sus hijos nombres peyorativos o que puedan ser ridículos.

En el resto de los estados —incluyendo el Distrito Federal— nadie puede impedir a los padres que pongan a sus hijos nombres curiosos, raros o que caigan en lo ridículo; sólo se les advierte del posible daño psicológico que le traerá en el futuro al pequeño.

Tan sólo en el Registro Civil del Distrito Federal cada año tres mil personas desean cambiarse de nombre, pero es difícil porque tiene que demostrar —a través de un peritaje— que a lo largo de su vida le ha causado daño psicológico.

“Aquí en Chihuahua algunos padres les ponían nombres extraños y ridículos a los niños, por eso aplicamos el Código Civil”, dijo Alfonso Pando, director de normatividad del Registro Civil de ese estado.

Pando, recordó que hace dos años, una madre quiso ponerle a su hijo el nombre de una banda de música metálica, del cual su esposo era fanático, “del nombre ni me acuerdo porque estaba bien raro”.
Dijo que los padres tratan de inventar nombres, “por eso a los menores les ahorramos que en el trayecto de su vida tengan problemas, tener que andar deletreando su nombre o que sean objeto de burla”.

Sandra Luz Rodríguez, directora del Registro Civil de Coahuila, dijo que en el estado no se permiten los nombres que caigan en lo ridículo o nombres compuestos como: “Miguel Bosé”.
Recientemente en Mexicali una pareja que se conoció a través de Internet decidió ponerle Yahoo a su hijo, a pesar de que funcionarios del Registro Civil de ese estado les advirtieron a los padres sobre los posibles daños psicológicos a su hijo .

En ese mismo estado, otra pareja llamó a su hijo Árbol por ser ecologistas, y en Morelos unos químicos le pusieron a su hija Talia, por el elemento químico Talio.
En el Distrito Federal no hay ninguna ley que prohiba ponerle a los hijos varios nombres , éstos pueden ser tres, cinco o hasta treinta, si así lo desean los padres.

Un caso extremo se presentó en 1914 cuando a una niña en el Distrito Federal le pusieron 30 nombres iniciando con María de la Asunción y finalizando con el de María de los Sagrados Corazones de Jesús.

Sin embargo, actualmente el número máximo de nombres que los padres ponen a sus hijos en la capital del país son tres, explicó Hegel Cortés Miranda , director del Registro Civil del Distrito Federal.

Hegel Cortés es un ejemplo de tener un nombre poco común, pero en este caso es motivo de orgullo, pues recuerda que sus profesores de la facultad de Derecho siempre recurrían a él para que diera alguna opinión referente a las ciencias sociales o a la filosofía, materias que fueron estudiadas a profundidad por el filósofo alemán Georg Friedrich Hegel.

“Siempre era requerido para una opinión por el propio nombre”, apuntó el funcionario, quien consideró que el Distrito Federal se debería sumar a los estados que impiden ponerles nombres peyorativos a los niños.
Sostuvo que se debe legislar en todo el país para acotar tanta variación en los nombres y evitar nombres sin sentido o que ridiculicen a quienes los llevan.

DIFÍCIL.

Si alguien se siente afligido por el nombre que le pusieron sus padres, al llegar a la mayoría de edad tiene la opción de cambiárselo, pero no es tan fácil, pues antes debe demostrar ante el juez que le ha provocado daño psicológico a lo largo de su vida, a través de testimonios y periciales médicas que demuestren la afectación.

Argumentó que no es fácil modificar el nombre porque éste representa una identidad y el cambio se presta a posibles actos ilícitos como fraudes o para que un delincuente escape de la justicia.

Detalló que para cambiarse el nombre se necesita hacer una solicitud ante Tribunal Superior de Justicia y demostrar que le ocasiona un perjuicio, una burla constante de la sociedad o discriminación “y el juez decidirá si procede la rectificación del acta para ponerle el nombre que él elija”.

Hasta el momento, dijo que no se tienen registros de presuntos delincuentes que hayan logrado cambiarse el nombre a través del Tribunal Superior de Justicia, “ellos prefieren comprar clandestinamente actas de nacimiento porque aquí es imposible que lo puedan lograr”.

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