Así lo afirma un reciente estudio francés que investigó el parecido de niños y niñas de 0 a 6 años con sus padres. Los resultados sugieren, además, que los varones comienzan a asemejarse más a su padre a partir del año de edad, mientras que las mujeres siguen pareciéndose más a su progenitora hasta que cumplen seis años.
Desde el momento mismo de la confirmación del embarazo; toda la familia, incluidos abuelos y tíos comienzan a comentar con la pareja a quién se parecerá el bebé. Y surgen todo tipo de fantasías. Algunos padres pueden acceder económicamente a realizarse una ecografía 3D o 4D (donde se observa también el movimiento) y ver así, desde antes de nacer, al bebé que ya comienza a completar su primer álbum fotográfico. Pero con las ecografías no terminarán las charlas sobre el parecido. Éstas continuarán, sin dudas, cuando lleguen las visitas, después del parto.
Según un reciente estudio del equipo de investigación del Instituto de las Ciencias de la Evolución de Montpellier (sur de Francia), no habría dudas: el recién nacido, niño o niña, se parece más a su madre. Este trabajo está disponible en la página de la revista Evolution and Human Behavior.
Podemos tomar un caso "real". El 31 de octubre de 2005, la esposa del heredero de la corona de España, el Príncipe de Asturias Felipe de Borbón, dio a luz a una niña, Leonor, primogénita del heredero del trono y segunda en la línea sucesoria de la Corona española. Por supuesto, además de la familia y amigos, todos los medios del mundo querían conocer a la niña y ver a quién se parece. Cuando se le preguntó al Príncipe, se encogió de hombros y dijo: "No sé a quién se parece, pero es tranquila y muy guapa". La madre, la Princesa Leticia, la mostró a la prensa y preguntó: "¿A quién creéis vosotros que se parece?". El Rey fue un poco más preciso: "No se parece a nadie". Jesús Ortiz, el abuelo materno, quiso ser un poco protagonista: "Se parece a mí". Y los lectores del diario elmundo.es fueron contundentes dando total semejanza con el Príncipe (el 87%) frente a Letizia (el 13%). Según este nuevo trabajo, "la atribución de la semejanza más al padre que a la madre sería una manipulación social enfocada a consolidar su paternidad".
Entonces, ¿es realidad o manipulación? Cuando la madre dice que el pequeño se parece más al padre, se trata de una "manipulación social" destinada a reforzar al compañero en la creencia de que es el procreador del pequeño, concluyen los autores. Investigadores de Montpellier pidieron a jueces externos que no conocían a las familias que determinasen el parecido entre padres e hijos por medio de fotografías del rostro (se propusieron tres caras posibles, tanto paternas como maternas), indicó el Centro Nacional de Investigaciones Científicas en un comunicado. Los resultados mostraron que niños y niñas se parecen más a su madre en el primer año de vida, pero que los niños comienzan a asemejarse más a su padre a partir de esa edad. Por el contrario, las niñas siguen pareciéndose más a su progenitora hasta que cumplen seis años, edad tope de los pequeños analizados en el estudio.
El estudio se realizó con imágenes de 83 niños, en Francia y Senegal. El equipo de "jueces externos" estuvo constituido por 200 personas y el análisis se elaboró desde el ámbito de la "ecología familiar", pues consideran que algunos de los conflictos en el hogar vienen generados por la falta de certeza del hombre sobre la verdadera paternidad de sus hijos. Según la investigadora Alexandra Alvergne , del Instituto de las Ciencias de la Evolución de Montpellier: "una familia, en efecto, puede ser considerada como un grupo que tiene intereses comunes, pero también divergencias y conflictos. En el hombre, como en todas las especies en las que se prodigan cuidados paternales, uno de estos conflictos procede de la incertidumbre de la paternidad. Todos los indicios que consoliden en el padre la idea que es realmente el padre, van pues a desempeñar un papel importante". Según los autores de este estudio, la atribución (en general) de la semejanza del recién nacido al padre por la madre o la familia podría ser debida al deseo crear el vínculo de compromiso entre el padre y el niño.
Esta hipótesis se comprobará en un nuevo estudio que pretende medir el vínculo entre la semejanza y la implicación paternal. El equipo investigador pretende ampliar en el futuro su estudio a niños mayores de seis años y a otros contextos culturales. La semejanza de los niños a los padres constituye uno de los temas de investigación en psicología. Ya en 1995 investigadores belgas publicaron un artículo que ponía en duda la semejanza de los bebés entre 0 y 1 año con su padre.
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