miércoles, 17 de octubre de 2007

Más ecografías en niños

Cuando se celebran los 15 años de la ecografía clínica en España, los expertos informan de que aún está poco implantada en atención sanitaria infantil

La ecografía es un procedimiento que, además de no usar radiación, es de mucha utilidad para diagnosticar un gran número de problemas de salud. En España, se emplea en la medicina de adultos, pero no en la pediatría aún cuando se ha demostrado que en esta especialidad es más útil. Los expertos en el uso de la ecografía reclaman que los médicos de atención primaria, sobre todo pediatras, se formen en ella y la apliquen en niños.

Ver o no ver. Ésa es la diferencia entre disponer o no de una ecografía en la consulta mientras se está explorando a un paciente. La técnica, que ayuda a diagnosticar muchas enfermedades y que es aplicable a casi todos los campos de la medicina, se utiliza mucho en adultos pero poco en niños. Éste es el panorama actual, según el pediatra Stephan Schneider, adjunto de la sección de ecografía del Servicio de Pediatría del Hospital de Figueres (Gerona). La ecografía es un procedimiento de imagen que emplea los ecos de una emisión de ultrasonidos dirigida y que permite ver los órganos del cuerpo humano.

El sonido se transmite, a través de una sonda, hacia el interior del órgano que se quiere visualizar. Esta sonda, también llamada transductor, es al mismo tiempo receptora de los ecos de sonido (son ultrasonidos). Un complicado programa informático los procesa y se transforman en imágenes que revelan el estado del órgano que se examina.

Déficit en atención infantil

En España, la ecografía la comenzaron a aplicar radiólogos y ginecólogos. Posteriormente, se fueron sumando otros especialistas como oftalmólogos, traumatólogos, reumatólogos y urólogos. Pero no ha ocurrido lo mismo con los pediatras, «quizás por desconocimiento», apunta Schneider. Se puede emplear para visualizar todo tipo de órganos, menos los huesos, ya que el sonido no puede atravesarlos. Tampoco se pueden visualizar los órganos cuando están llenos de aire, como el pulmón o un intestino con gases.

«Aunque la zona del cuerpo preferente de uso clínico de la ecografía ha sido y continúa siendo el abdomen, no es, ni mucho menos, la única», según Javier Amorós, presidente de la Sección de Ecografía de la Sociedad Española de Medicina General (SEMG). El campo de actuación de esta técnica -a medida que se han ido introduciendo nuevos equipos con sondas de más alta resolución- se ha ampliado y ahora esta prueba también se realiza en glándula tiroides, mamas, sistema vascular y musculoesquelético, explica el experto.

«La ecografía no está suficientemente implantada en atención infantil, cuando en realidad es tremendamente útil en las exploraciones de los más pequeños»

La SEMG junto a la Sociedad Española de Ecografía (SECCO), la Sociedad Europea de Ecografía de la Mama y la Escuela Mediterránea de Ecografía, acaban de celebrar el VIII Congreso Internacional de Ecografía Clínica, en Benidorm. En este encuentro de expertos se ha presentado el libro 15 años de la ecografía clínica en España y se ha puesto de manifiesto la existencia de un importante déficit en el uso de esta técnica en nuestro país. «No está suficientemente implantada en atención infantil, sea en los centros de salud o en los servicios de urgencias, cuando en realidad es tremendamente útil en las exploraciones de los más pequeños», según informa Fernando María Navarro, presidente del comité científico del congreso.

Dos filosofías

Ante esta situación, Schneider explica que, en Europa, coexisten dos escuelas o filosofías en la aplicación de la ecografía. Así, en países como Alemania, Austria, Holanda o Suiza, la ecografía es una herramienta que el médico tiene en la consulta, al lado del paciente, y con la que puede explorarle durante la visita. De ese modo, puede visualizar el estado de un órgano en tiempo real, cuando lo tiene delante, y le ahorra acudir a otro especialista para que le someta a esta exploración.

La ecografía se considera tan indispensable en esos países que, por ejemplo, en Alemania un pediatra no puede conseguir el título de especialista si no está formado en esta técnica, según Schneider, quien se formó en Pediatría en aquél país y la utiliza desde hace diecisiete años. «En España, ocurre todo lo contrario. Los pediatras no suelen aprender ecografía, no les forman en esta técnica», declara. Únicamente se aplica en ciertas áreas de la Neonatología, pero de forma muy aislada, como para visualizar el cerebro de los bebés.

Lo habitual para que un niño sea sometido a una ecografía es que el pediatra solicite una interconsulta para que el radiólogo realice la exploración y remita los resultados al clínico. El problema de este sistema es que es indirecto y el pediatra no puede evaluar el órgano de un paciente, en tiempo real, mientras lo tiene delante.

Ventajas en niños

Una de las ventajas de la aplicación de la ecografía en niños es que, al tener menos grasa, las ondas de los ultrasonidos penetran mejor en los órganos que se quieren visualizar. Además, debido a que son más pequeños, se pueden utilizar sondas de menor tamaño y de mayor resolución. «Todo ello permite obtener imágenes más nítidas y visualizar mejor las distintas partes del cuerpo», explica Schneider.

Así, permite diagnosticar todo tipo de afectaciones, especialmente renales y del sistema urinario, pero también alteraciones hepáticas, hipertrofia del píloro o estenosis pilórica. En el campo de la traumatología abdominal, tras un accidente, sirve para comprobar que no haya una lesión del órgano interno, según informa este experto. Cuando no se dispone de ecografía, el pediatra lo evalúa con signos indirectos. «Si no tiene ecografía en lugar de ver, tiene que intuir», dice Schneider. La diferencia entre disponer o no de ecógrafo es «como trabajar antes del fonendoscopio y después de la invención del fonendoscopio o antes del otoscopio y después de la invención del otoscopio», comenta.

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