Esta mañana, a Juan le han preparado un bol de leche con cereales. Ése es su desayuno, al que le aplicaremos la misma rutina de las otras comidas. Es decir, poner el bol en la mesa, sentarle en la sillita y, mientras le colocamos el babero, explicarle qué va a desayunar e insistirle en lo que va a gustarle. A partir de la primera cucharada, comenzamos a contar minutos.
Ya sabemos las etapas:
• Primer intento: 3 minutos.
• Primer período de olvido: 3 minutos.
• Segundo intento: 4 minutos.
• Segundo período de olvido: 4 minutos.
• Tercer intento: 5 minutos.
Si el niño está comiendo de una manera normal, seguiremos dándole el desayuno aunque hayan pasado los minutos estipulados hasta que se lo termine. Pero si el niño rechaza la comida, después de cada intento lo recogemos todo, bajamos al niño de su sillita y fingimos que aquí no ha pasado nada. Actuamos como si hubiera devorado su desayuno. Cuando hayan transcurrido los 5 minutos del tercer intento, lo recogemos todo y esperaremos hasta la hora del almuerzo.
Todos los días y en todas las comidas repetiremos la misma rutina, hasta que la asimile. No podemos bajar la guardia. Tal vez el primer día no tengamos complicaciones, pero sí el segundo o el tercero. El ritual con los objetos asociados y nuestra actitud positiva deben repetirse siempre, una y otra vez, hasta asegurar que el hábito está bien instaurado.
Desde | www.mamasybebes.com.ar
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