viernes, 29 de febrero de 2008

Qué pasa con el sexo mientras se lacta?

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La libido en las mujeres después del embarazo disminuye notablemente. La mente juega un papel indiscutible en el restablecimiento de la sexualidad, pero las hormonas encargadas de la lactancia a veces juegan una mala pasada.

Después del nacimiento de su hijo, Ana María no soportaba mirarse en el espejo desnuda y sentía miedo de que su esposo la viera y saliera corriendo a los brazos de otra mujer con mejor cuerpo y sin esos kilos de más.

Además, por alguna extraña razón, ella no sentía deseo sexual y trataba de estar siempre ocupada cuando su marido llegaba a casa de trabajar. A la hora de acostarse en la cama, Ana solo se detenía a contarle los avances del bebé y evitaba a toda costa entablar alguna conversación que los acercara íntimamente.

Para el psiquiatra y sexólogo Carlos Pol Bravo, este tipo de actitudes tiene que ver con tres aspectos que analizaremos a continuación:

La cabeza manda la parada

Algunas mujeres quedaron embarazadas en el momento más inesperado y a pesar de que la llegada del bebé resultó ser un evento feliz para la pareja, la nueva mamá desarrolla un rechazo instintivo a las relaciones sexuales por temor a volver a quedar en embarazo.

“Otro tipo de rechazo al sexo es el que viven algunas mujeres después de tener alguna complicación ginecológica durante el embarazo o el parto. Nos encontramos entonces con una persona que está tratando de evitar la sexualidad también por miedo al dolor y lo relaciona instintivamente con el castigo que, incluso transculturalmente, les dijeron a nuestras madres: “puja, puja porque lo que disfrutaste, ahora tienes que pagarlo”.

Esa frase lleva a que esa mujer tenga pensamientos ‘gancho’, como decimos en psiquiatría, de malos recuerdos”, afirma el especialista.

Otro punto importante que afecta a la mujer es su aspecto físico. “Cuando un pavo real abre su hermoso abanico de plumas, busca llamar la atención de las hembras. Sin embargo, si le miran las patas que son muy feas, el pavo se desanima y cierra su extraordinario plumaje.

Algo así pasa con la mujer: si su esposo la mira desnuda con detenimiento, ella ya no se sentirá cómoda consigo misma porque la imagen y la estética afectan su deseo sexual.

¿Cómo podemos superarlo? Solo con complicidad y comprensión, supe-rando el tema de la imagen y dedicándose a la sensibilidad hasta llegar a la sexualidad”.

El machismo está ahí

Algunos hombres han expresado algún tipo de temor a volver a tener relaciones sexuales después del parto de la mujer. Unos alegan que ellas aún están delicadas y que prefieren esperar a que el cuerpo de su esposa vuelva a la normalidad, otros simplemente pierden el deseo por la madre de sus hijos.

“A veces los hombres son inseguros, inmaduros e infieles y quieren vacunarse para que su mujer no haga lo mismo. Entonces la embarazan y, adivinen, tristemente su egoísmo sexual los lleva a tener sexo con otras mujeres”, puntualiza Pol Bravo.

Por eso, el especialista recomienda que el marido se vuelva un cómplice y busque esos espacios para volver a prender los motores. Claro, la mujer también debe participar de este proceso y abrir los espacios de comunicación con ternura y amor.

Las hormonas gobiernan

Luego del parto, dos hormonas se incrementan notablemente en el cuerpo de la mujer. Se trata de la prolactina, encargada de estimular la producción de leche en las glándulas mamarias, y la oxitocina, encargada de influir en patrones básicos como el enamoramiento, el orgasmo, el parto y la lactancia.

“La oxitoxina trabaja en la sexualidad tanto del hombre como de la mujer, es la encargada de aumentar el erotismo o el apetito sexual”, afirma Pol Bravo.

Sin embargo, la prolactina “altera varios neurotransmisores dentro del cerebro que tienen que ver con el estado de ánimo, con gustos, con repulsión por algunas cosas porque trabaja en el sistema límbico y en la amígdala cerebral que manejan esa sensación de gusto o disgusto por algo. Además, cuando la prolactina está alta, suprime la producción de las hormonas de la hipófisis y es una de las razones que influyen para que la mujer que lacta tenga menos libido”, asegura la endocrinóloga Maria Inés Toro.

Consejos para prender motores

Si la mujer siente que su libido está ‘fallando’, debe automotivarse. Es decir, salir a comprar algún atuendo o ropa interior que la haga sentir deseada y sensual. “Pararse frente al espejo y redescubrirse puede resultar estimulante para ella. Más que una responsabilidad, debe ser un placer”, afirma Pol Bravo.

Es importante retomar la actividad sexual. Una simple conversación erótica de pareja o un beso apasionado acompañado de palabras cariñosas puede ser un buen inicio.
La sexualidad sin coito pero con caricias que lleven al orgasmo hacen parte de una educación sexual saludable para la pareja.

“Un hombre no puede sentir asco por la leche materna que sale de los senos de su mujer. Pregunto. ¿Por qué no jugar con ella e involucrarla con una caricia o recogerla con la boca? Es un acto intimista de afecto”, puntualiza el siquiatra y sexólogo.
El sexo oral no debe verse como un acto maldito, sino como la búsqueda de una sexualidad activa en la que participa la imaginación.

• Si la dificultad persiste y la libido no aumenta, es mejor pedir ayuda médica.
“La sexualidad es como el mar, se puede disfrutar con él pero nunca jugar en él”, Carlos Pol Bravo

Olga Morales

UNIVISION
www.mamasybebes.com.ar

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