¿Quieres saber cómo se siente tu hijo? Si lees adecuadamente lo que se esconde detrás de sus inocentes pinturas descubrirás cual es su estado de ánimo y cómo entiende su todavía corta vida.
Una de las mayores preocupaciones de los padres es averiguar si su hijo es feliz y si se encuentra bien. Queremos conocer sus miedos, sus inseguridades, saber si hay algo que le preocupa o, si por el contrario, todo marcha bien dentro de su pequeña cabecita.
Una de las formas de averiguar cuál es su estado de ánimo y cómo nuestro pequeño interpreta el mundo que lo rodea es prestando atención a sus dibujos.
Según los expertos, algunas variables como la presión del trazo, el tamaño del dibujo, su ubicación en la página o la intensidad de los colores nos pueden permitir averiguar algunas características sobre la personalidad o los sentimientos de nuestro hijo.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que se trata de apreciaciones muy generales, por lo que no deberemos preocuparnos en exceso si pensamos que nuestro hijo puede tener algún problema leve, ya que es habitual que los menores cambien su personalidad conforme van creciendo.
Asimismo, también es importante saber que la sofisticación de los dibujos varía según la edad. Es decir, los garabatos son típicos de los bebés de entre 18 meses y dos años de edad, mientras que los diseños, más primitivos, se dan a partir de entonces y hasta los ocho años, que es cuando los dibujos son más realistas.
Ojo a los colores
Si en sus dibujos nuestros hijos utilizan colores vivos, como rojo, amarillo o naranja, querrá decir que su carácter es alegre. Las pinturas coloridas y los trazos amplios, que abarcan gran parte del papel, son una buena señal porque significan que el menor está contento y feliz. Esta alegría se manifiesta, según los expertos, con los colores cálidos.
Por el contrario, cuando los colores oscuros, particularmente el negro y el marrón, aparecen de forma frecuente en sus primeros puede sufrir algún tipo de temor a la oscuridad, el menor es inseguro. Estas tonalidades puede ser también un indicio de que nuestro pequeño sufre pesadillas por las noches, por lo que deberemos de estar atentos e intentar acudir en su auxilio si notamos algo extraño.
Líneas que hablan
Si las líneas son muy marcadas pueden ser marcas de ansiedad o inseguridad, sobre todo si éstas se trasparentan en la otra cara de la hoja. Otro signo negativo es la aparición frecuente de algunos dibujos en sus pinturas ya que ello puede significar que nuestro pequeño sufre algún tipo de perturbación o ansiedad, pero también puede ser una marca de agresividad, inseguridad o tristeza.
Pero existen otras muchas identificaciones gráficas del desánimo. Si los garabatos de nuestros hijos son excesivamente pequeños o son prácticamente esquemáticos y sin mucho detalle puede significar que nuestro hijo no se encuentra tan feliz como esperaríamos.
También debemos fijarnos en si su trazo es débil y prácticamente no se percibe, o en si pinta con poca voluntad, suele dibujar hacia un extremo de la hoja, hace tachones y borrones, o utiliza colores apagados y sin vida, porque ello puede querer decir que nuestro hijo está desanimado y necesita una mayor atención por nuestra parte.
Aunque todas estas directrices pueden servirnos de apoyo para entender un poco más a nuestro pequeño, los expertos afirman que es necesario conocer el carácter del menor para hacer un análisis profundo de su personalidad. Un dibujo aislado nunca podrá darnos las claves exactas para conocer a fondo su persona.
Por ello, no conviene preocuparnos excesivamente si en los dibujos de nuestros pequeños encontramos algún aspecto "negativo" porque lo más probable es que nuestro hijo esté bien y sólo necesite un poco más de atención por nuestra parte.
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