Al respecto, la educadora de párvulos y jefe de esta carrera en ENAC, Nieves Beauchemin, afirma que estos días presentan un verdadero desafío para los adultos, tanto para los padres que trabajan como para los que pueden permanecer con sus hijos en casa. Por eso, agrega, “lo ideal es compatibilizar entretención, descanso y responsabilidades en una forma equilibrada y entretenida, tomando acuerdos con los niños que dependerán de la edad de ellos y la factibilidad familiar”.
Para ello, Nieves sugiere una serie de actividades concretas, y sobre todo factibles, para llevar a cabo en casa, que ayudarán en gran parte a alivianar esta tarea con los integrantes más pequeños de la familia.
Orden debe mantenerse
Hacer la cama y ordenar las cosas en la pieza suelen ser tareas que, por el apuro de cada mañana, asumen las madres o las nanas. Este tiempo es ideal para recordar estos hábitos, según explica la educadora. “La idea es invitarlos a ello y felicitar los resultados obtenidos, ya que ello favorece su autoestima”, sostiene.
En este contexto, idealmente los niños deben contar con un lugar al alcance para guardar los elementos que utilizarán en las acciones propuestas. “Ello les permite obtener las cosas sin ayuda del adulto y también guardar donde corresponde, incentivando su hábito de orden. Además, es importante ubicar un lugar donde puedan guardar todo lo que han confeccionado, ya que eso les permite visualizar la valoración de cada uno de sus trabajos”, explica la experta.
Otro consejo práctico, agrega Nieves, es aprovechar el clima de la época para emular situaciones diversas y totalmente fuera de la rutina diaria, como instalar una carpa en el jardín y dormir en sacos. “Esa carpa podría convertirse en un ‘club’ muy entretenido para un niño”, asegura.
Una semana diferente Nieves propone, además, programar a nuestros pequeños una actividad distinta para cada día. El esquema puede ser más o menos así: Cada una de estas ideas, si bien están expresadas como día, son momentos que, por supuesto, pueden variar a gusto de cada niño(a), sus edades y su familia. “Un muy buen complemento para los momentos en que los niños están “trabajando”, es colocar música de Mozart para niños, como acompañamiento”, concluye. Algunos horarios pueden flexibilizarse Los niños necesitan, como todas las personas, respetar su reloj biológico y su equilibrio, requiriendo de tiempo para actividades pasivas y dinámicas, de entretención y de responsabilidad, de espacios interiores y exteriores, que sean de conocimiento y afectivas. En época de vacaciones el dar mucho más tiempo y dejar más espacios en la agenda diaria al aspecto emocional afectivo que por una u otra razón en el año se ve más afectado, es fundamental. En favor de eso, hay horarios que pueden flexibilizarse, como el hábito del sueño que puede permitir horarios más tarde para acostarse y levantarse; mientras que otros, como los hábitos personales y de alimentación, deben mantenerse con especial énfasis en los más pequeños. Dejar también espacios para la televisión, sin abusar de esto y ojalá tomando acuerdos en conjunto sobre los programas a ver.
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