jueves, 13 de marzo de 2008

Viajar con Niños

Conseguir que los niños viajen como "adultos responsables" correctamente sentados en sus asientos de seguridad o cuando son mayores, con el cinturón abrochado no es una tarea fácil. Algunos consejos que pueden ser útiles a la hora de sentarlos y abrocharlos en sus asientos son:

· Explique claramente las reglas a sus hijos: por ejemplo que el vehículo no puede ponerse en marcha hasta que todos lleven el cinturón puesto.

· Elija el momento adecuado para explicar las reglas: no lo haga cuando usted esté nervioso o nerviosa o cuando el niño esté agitado.

· Mientras sienta y abrocha al niño en su asiento, explíquele lo que está haciendo, para que de este modo él también se implique en la acción: "y ahora vamos a abrochar el cinturón...".

· Ofrezca recompensas durante el viaje: algo de comer como frutas, pasas u otros frutos secos, una canción, un cuento...

· Distráigales mientras les sienta y abrocha el cinturón, por ejemplo hablándoles de algo que esté fuera del coche o de lo que va a hacer cuando lleguen a su destino.

· No le castigue. De funcionar, el castigo sólo suprimirá comportamientos no deseados, pero no fomentará los buscados.

· Ignore los llantos y las quejas y no pierda la calma.

· Procure que el niño le vea la cara, aunque sea en el retrovisor. De este modo usted también podrá observar si el niño se ha desabrochado el arnés o el cinturón. A la hora de elegir el sistema más seguro para su niño, considere las siguientes recomendaciones:

· Mantenga a los bebés en un asiento orientado hacia atrás todo el tiempo que sea posible, prestando especialmente atención a las indicaciones del fabricante del asiento.

· Mantenga a los niños pequeños en un asiento convertible con arneses todo el tiempo que sea posible. Mantenga a los niños más mayores en el asiento integrado o usando el cojín elevador hasta que claramente no los necesite.

No intente, a veces por comodidad y a veces por que el niño insiste, usar los cinturones de seguridad para adultos antes de que su geometría sea compatible con la estatura y desarrollo de los niños.

Mantenerlos sujetos, todo un reto.

La teoría es muy sencilla: asientos firmemente sujetos al vehículo y niños correctamente sentados durante todo el viaje. Una vez dominada la técnica para lo primero, la instalación del asiento no suele plantear mayores problemas. Con respecto a lo segundo, normalmente no puede decirse lo mismo: más tarde o más temprano, todos los niños intentan "liberarse de las ataduras" y se rebelan contra sus padres a la hora de sentarse en sus asientos. En realidad, no se trata de una "rebelión" como tal, el niño lo que pretende en muchas ocasiones es llamar la atención de los padres y, como son muy listos, asimilan rápidamente que negándose a sentarse en su silla o desabrochándose el cinturón o los arneses enseguida logran su objetivo de ser "atendidos".

Para solucionar estos "retos", debe actuarse con los pequeños del mismo modo que con la comida, los horarios, o la luz de la habitación: transmitiendo mensajes claros y no cediendo. El niño, tanto si es un bebé como si ya tiene más añitos, debe convencerse de que no conseguirá nada protestando y de que la única solución, si quiere ir al parque, al cine, a visitar a sus abuelos, o simplemente a dar una vuelta por el centro comercial, es sentarse en su asiento y abrocharse el arnés o el cinturón de seguridad.

Hay que evitar a toda costa enfadarse o ponerse nervioso o nerviosa, ya que también en este caso los niños enseguida detectan que están consiguiendo influir en nuestra conducta y esto les puede invitar a seguir insistiendo en su actitud de protesta. La recompensa si se portan bien y se sientan correctamente en su asiento es también otro recurso que los padres pueden utilizar: una cinta de música preferida, juguetes, conversaciones, cuentos... Lleve dentro del coche elementos que puedan distraer al niño, pero que en caso de frenada o colisión no represente peligro para ninguno de los pasajeros: algún peluche, cuadernos con ilustraciones...

Es preciso entender también que los niños no entienden el concepto abstracto de "portarse bien", pero que sí suelen ser más receptivos a mensajes más directos como "los papas nos pondremos muy contentos si esperas hasta que paremos en la próxima gasolinera". No hace falta decir que el ejemplo de los demás pasajeros es fundamental. El mensaje debe ser del estilo: "sabes que tienes que llevar el cinturón, igual que mamá y papá". Al contrario, convencer a un niño de lo importante que es el cinturón cuando los padres no lo usan, es tarea poco menos que imposible.

También está claro que los dos padres tienen que ponerse de acuerdo en la estrategia a seguir y evitar a toda costa aquello de que "pues cuando voy con papá no me pongo el cinturón". Los niños también enseñan muchas cosas a sus padres, una de ellas es a tener paciencia. También en el tema que nos ocupa se necesitan buenas dosis de paciencia: en ocasiones se tardan incluso semanas en conseguir acostumbrar a los niños a viajar correctamente sentados y sin protestar en sus asientos de seguridad. Aunque al final el esfuerzo habrá merecido ampliamente la pena ya que habremos conseguido enseñarles una importantísima lección de educación vial.

Resumiendo todo lo anterior en tres consejos finales, estos serían:

a. Elogiar el buen comportamiento ayuda a fomentarlo.

b. Ignorar las quejas ayuda a que desaparezcan lo antes posible.

c. No iniciar o continuar el viaje mientras todos los ocupantes, incluidos los niños, viajen correctamente sentados y abrochados en sus asientos.

Desde | http://www.race.es

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