La A de la decoración
Elegido el tema se pasa a un segundo paso que es resolver el color de la habitación. Lógicamente cuando son recién nacidos quienes deciden por él son el padre y la madre. Entonces tienes casos en los que los papás son más activos y tienes colores fuertes.
Tienes papás que son más pasivos y tienes colores suaves. Gabriela cuando trabaja con niños mayores de tres me dice que toma muy en cuenta la opinión del dueño de la habitación. Es el A de la decoración, no dejarlo de lado al niño.
Muchos padres se olvidan que su inquilino va a jugar, patalear y descansar en esa habitación, sino la siente suya va a buscar dormir en la habitación de los papas o de los hermanos.
Gabriela nos contó la experiencia de un cuarto que tuvo que diseñar en donde el tema era el mundo de Barby. La dueña de la habitación le pidió un fucsia fuerte con un turquesa. A la madre no le hizo mucha gracia, pero la diseñadora entró a conciliar ideas. La niña quedó muy contenta hasta el día de hoy.
La B de la decoración
Elegido el tema, el color de la habitación y la cenefa es hora de pensar en la iluminación. "Desde que son bebes yo planteo dos tipos de iluminación. Una central y una de pared que es mucho más suave", dice Gabriela. La luz de pared se consigue con una lámpara de media luna cuya la luz se refleja en la pared.
Si el niño tiene una pesadilla y tienes que darle medicina en la noche y le prendes la luz central puedes incomodarlo o despertarlo.
En cambio si tienes una luz tenue puedes utilizarla como un sedante, para que el acompañante pueda contarle un cuento y acompañarlo a reconciliar la tranquilidad al pequeño.
"No trabajo con lámparas de mesa de noche pues cuando los niños son menores de ocho años va a tratar de enchufar, desenchufar, meter el dedo o agarrar el foco en algún momento". Eso es normal porque son exploradores, pero al mismo tiempo es un peligro que se debe evitar.
La C de la decoración
Darles mobiliario de acuerdo a su tamaño es el tercer mandamiento de la decoración infantil. Si a un niño le pones una mesa que no es para su tamaño nunca se va a sentir en su habitad. Por eso puedes comenzar con las mesitas Litle Tie que dura en la etapa de 3 a 4 años.
Lamentablemente en nuestro país no hay tiendas que tengan mobiliario para niños pues lo único que venden son muebles para bebes. Por eso yo recomiendo trabajar con un carpintero de confianza que sabes que tiene buen acabado.
Puedes encontrar alguno en el Parque Industrial de Villa El Salvador. Aquí puedes ir con tu diseño y te lo arman exactamente igual. Respecto a los puff que se han puesto de moda como parte de los muebles vale la pena decir algo.
Antes eran sólo de jean ahora se transforman en perro, gato y tienen mucha influencia en las criaturas, pero tiene un problema, pueden deformarle la columna a los niños. "Creo que el puff lo recomendaría para una sala de estar de televisión y no para un cuarto en donde va a tener un uso cotidiano".
Últimas consideraciones
No es recomendable alfombrar la habitación de un niño. Sobre todo en bebes, debido a que atrapa mucho acaro y tierra. Lo cual a la larga puede incidir en un cuadro de alergias. Respecto a las cortinas, se recomienda utilizar aquellas hechas de materiales que no atrapen mucho polvo.
Lo mismo que el tull que cubre la cuna del bebe. Es preferible comprar uno llamado tull wall que es más tupido y hace que caiga la tierra y no se impregne. "Si me piden una recomendación respecto a los pisos, yo me quedo con pisos laminados para la habitación de un niño", dice Gabriela.
Otra consideración importante es no considerar un televisor o una computadora en el cuarto de los niños. La idea es que el niño salga de su habitad para ver televisión en otro lado, al igual que la computadora. Número uno, por la radiación que irradia y porque además aprenderá a compartir su tiempo con los otros miembros de su familia.
La música también es importante en la decoración y el bienestar del niño. Por eso yo recomiendo tener un equipo de sonido en la habitación del niño, que puede ser controlado a control remoto por los padres.
La música puede ayudarlos a aprender, estimular el desarrollo del lenguaje, hacerlos bailar, mejorar su sociabilidad o incluso puede relajarlos. Con los años sus hijos se lo agradecerán.
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