martes, 22 de abril de 2008

Toda la verdad sobre los mitos más frecuentes del embarazo

En cuanto una mujer anuncia su embarazo, se expone a escuchar mil y una teorías relacionadas con su nuevo estado. Muchas carecen de base científica y, sin embargo, se han ido trasmitiendo de generación en generación; en otros casos son verdades a medias, que deben ser matizadas siempre por el especialista; y algunas sólo son aplicables a situaciones concretas y determinadas. Estas son las más extendidas.

Mejor fumar poco que dejarlo del todo, por la ansiedad que crea
FALSO

Las más de 400 sustancias nocivas que contiene un cigarrillo son una razón con el suficiente peso como para recomendar a toda embarazada que se abstenga de fumar durante la gestación. El tabaco influye directamente en el crecimiento del feto, propiciando partos prematuros y bajo peso al nacer. Las teorías que afirman que el estrés y la ansiedad que pueda producir a la madre dejar de fumar pueden ser más perjudiciales para el feto que el tabaco son erróneas: un nerviosismo excesivo sí puede influir en que se produzca un parto prematuro, pero no en la formación del feto, cosa que sí que hace el consumo de tabaco.

El ardor de estómago significa que el bebé será muy peludo
FALSO

La pirosis o ardor de estómago es una de las molestias más comunes durante el embarazo y está producida por el reflujo de los alimentos contenidos en el estómago hacia el esófago. El aumento de la progesterona (que relaja el esfínter que comunica el estómago con el esófago), la disminución de la cantidad de ácido clorhídrico (que interviene en la digestión de los alimentos) y el crecimiento del útero (que repliega hacia arriba el intestino y el estómago) son los responsables de la pirosis, en la que no interviene en absoluto la mayor o menor cantidad de vello que presente la piel del feto.

Tripa grande, niño grande
FALSO

El tamaño de la tripa no tiene siempre una relación directa con las dimensiones del niño. También depende de la constitución física de cada mujer (la tripa suele parecer más prominente en las mujeres delgadas), la cantidad de líquido amniótico... Además, hay circunstancias que pueden incidir en que el abdomen sea más o menos voluminoso, como una ingesta calórica excesiva, la retención de líquidos o la tendencia a la flatulencia.

Con luna llena hay más partos
FALSO


Es una creencia con gran arraigo popular, relacionada tal vez con la influencia que la fase lunar tiene sobre las mareas. Pero no existe constatación científica de que este influjo de la luna repercuta sobre la progresión del embarazo.

Beber mucha agua aumenta la cantidad de líquido amniótico
FALSO


El volumen del líquido amniótico aumenta a medida que el feto crece, independientemente de la cantidad de agua que ingiera la madre. No por beber mucho va a aumentar más de la cuenta. El líquido se renueva a través del cordón umbilical y, además, a partir del tercer mes el feto participa en su producción al orinar. En cualquier caso, es importante aumentar la ingesta de líquidos durante la gestación, ya que restringirla podría ser perjudicial para la madre.

Las manchas del niño se deben a los antojos no satisfechos
FALSO


Los antojos o, lo que es lo mismo, el impulso irresistible y repentino de consumir un determinado alimento, suelen responder a una necesidad puntual del organismo de la embarazada. Por ejemplo, ante una bajada de azúcar suele aparecer el deseo de comer cosas dulces.
Las manchas de nacimiento o angiomas no tienen ninguna relación con antojos no satisfechos. En realidad, son formaciones vasculares, producidas por la acumulación de vasos sanguíneos bajo la piel, que suelen desaparecer con el tiempo.

Dichos y mitos sin base científica sobre el embarazo

Las niñas producen más náuseas
FALSO


El hecho de padecer más o menos náuseas es totalmente independiente del sexo del bebé. Se trata de un síntoma que se relaciona únicamente con el aumento de la hormona, la gonadotropina coriónica humana (GHC), durante los tres primeros meses de gestación, pero que no está condicionado por que se trate de un niño o de una niña.

La cerveza aumenta la producción de leche
FALSO


Es cierto que la cebada que contiene la cerveza eleva los niveles de prolactina, que regula la producción de la leche, pero el incremento es inferior al que se produce cuando el bebé succiona. Este mito además de incorrecto es peligroso, pues la cerveza contiene alcohol y este se debe evitar durante el embarazo, porque aumenta el riesgo de anomalías fetales.

Hay que eliminar el consumo de sal
FALSO


Otra creencia errónea. La restricción de la sal sólo está indicada cuando existe una hipertensión arterial asociada al embarazo (preeclampsia). En una gestación normal, basta con seguir unas dieta rica en frutas, verduras, pescados y carnes a la plancha y baja en grasas animales, fritos e hidratos de carbono de absorción rápida. Eliminar el consumo de sal puede tener riesgos para la salud materna y/o fetal, pues es un nutriente vital.

Si la tripa es picuda, será varón
FALSO


La forma de la tripa no tiene nada que ver con el sexo del bebé. Lo que determina el tamaño de la tripa es cómo está colocado el niño y si la madre es o no primeriza: por lo general, en la primera gestación el abdomen suele estar más firme y hacia delante, ya que los músculos abdominales no se han estirado por un embarazo anterior.

Cada embarazo cuesta un diente
FALSO

Mantener una buena higiene bucal durante la gestación es muy importante, ya que en este periodo hay mayor probabilidad de infecciones en las encías y aparición de caries, porque la inmunidad de las mucosas está más baja. Pero ello no significa que se piquen las muelas o peligre la dentadura. Lo que sí se recomienda es acudir al dentista en caso de que se note un enrojecimiento de las encías en la base de los dientes, o si estas sangran con facilidad, ya que recientes investigaciones han demostrado una asociación entre la enfermedad periodontal y los nacimientos prematuros.

Si se está más guapa de cara, será niña
FALSO

Hay quien dice que cuando la embarazada tiene la cara redondeada y rosada y una piel estupenda espera una niña. La base científica de esta creencia es nula: cada mujer engorda de forma distinta y los cambios en la piel, así como la posible redondez (inflamación) del rostro se puede experimentar de forma diferente no sólo en cada mujer, sino en cada embarazo, debido fundamentalmente a las alteraciones hormonales características de la gestación. El sexo del bebé, en definitiva, no tiene ninguna repercusión en el aspecto físico de la futura madre, y cualquier conjetura al respecto tiene una posibilidad de acierto... del 50 por ciento.

Desde | Mamas y Bebes

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