Los niños prefieren unas ricas golosinas a una sopa de cebolla, se emocionan al ver gomitas de osito y se entristecen cuando al almuerzo en vez de hamburguesa o pizza, les sirven carne, papa y verdura.
Por eso hablamos con Enith Yojana Garcés, nutricionista profesional, quien nos dio las bases fundamentales para que usted cree una dieta nutritiva para sus hijos, sin que ésta se convierta en un martirio infantil.
En la variedad está el placer: Desde el desayuno, pasando por el almuerzo y hasta la cena, la dieta de todo niño debe estar constituida por alimentos de todos los grupos. Verduras y frutas, cereales, tubérculos, carnes, leguminosas, lácteos, grasas y una cantidad razonable de azúcares.
Para no hacer de esta dieta una tortura para los pequeños, intente decorar los platos, hacer figuras divertidas con los alimentos y, si es necesario, recurrir a los juegos a la hora de comer.
Las 'comidas chatarra' están permitidas: No como base fundamental de la dieta infantil, pero sí como un complemento para las onces y los fines de semana. Permita que sus hijos saboreen esas deliciosas pizzas y hamburguesas, pero regule la cantidad de veces que las comen en la semana. Puede servírselas de vez en cuando como un refrigerio para después del colegio y solo si están seguros de que almorzaron balanceadamente.
Lonchera nutritiva y deliciosa: Rompamos de una vez por todas con el mito de que en una lonchera saludable, no cabe un snack agradable. Sí, es fundamental que contenga una fruta (la que más le agrade al niño), una fuente láctea (kumis o yogur) y una fuente de proteína (sándwich de alguna carne), pero también es necesario que se acompañe con algún paquete, pues esto estimula al chico y le permite acompañar los alimentos que menos le gusten, con su snack favorito.
El dilema de los dulces: No es un pecado mortal que un niño se coma un dulce después de una comida, pero que no se conviertan en la fuente predilecta de su alimentación.
La clave radica en que los regulen y moderen. Convierta los caramelos en un estimulo para que se terminen todo lo que está en el plato (es un truco viejo, pero aún funciona) y acostúmbrelos a comer frutas en almíbar, que son ricas y se constituyen en una fuente de carbohidratos. Un consejo: Mejor deles chocolates y no caramelos con colorantes, pues son más saludables.
Buena dieta + poco ejercicio = desequilibrio nutricional: Es tan importante alimentar bien a los niños, como incentivarlos para que se ejerciten. Procure alentarlo en algún deporte, pero si ninguno le gusta, no se preocupe, salga a caminar o juegue con él todos los días. Recuerde, todo lo que consume tiene que gastarlo de alguna forma o, si no, puede terminar sufriendo problemas de obesidad.
Alimentación con afecto: Es fundamental que a la hora de comer, su hijo esté en un ambiente tranquilo, que usted le proporcione seguridad y confianza, que no lo amenace si por equis o ye motivo ese día no quiere comer, que haga de cada comida un evento especial para él, en resumidas cuentas, aliméntelo con amor.
Desde | El Tiempo
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