lunes, 23 de junio de 2008

Una conmovedora carta de reclamo a Dios por muerte del hijo

Fue fue elegida como la mejor entre casi 1.500. Cuando su hijo Jorge falleció, hace casi dos décadas, Mariluz Uribe de Holguín encontró en la escritura el único refugio para no desquiciarse.

Y desde entonces, su pluma desbocada no ha parado de escribir. Ya tiene un libro completo en el que narra cómo fueron esos primeros años de ausencia, al igual que fragmentos del diario que él escribió mientras la vida se le extinguía lentamente y el cuerpo se le paralizaba.

"Tenía 33 años cuando llegó con Pafi, su osito de felpa, a barrer las nubes y a poner las estrellas en su sitio", recuerda la mujer, nacida en Medellín.

"Uno no olvida, lo que pasa es que piensa menos", dice Mariluz, autora del texto ganador dentro de la segunda edición del concurso 'La más bella carta de amor', convocado por la floristería Don Eloy, Aviatur y Montblanc.

Más que de amor, su carta era de dolor, por eso pensó que tenía pocas probabilidades de ganar.

De los premios que obtuvo en el concurso dice que el lapicero de Montblanc ya se lo regaló a su "amado preferido". Y con el viaje aún no se ha decidido: "De pronto resultará como el de Ulises: largo. Aunque a él lo esperaban.

"Y las rosas que me enviarán cada 15 días, las llevaré al cementerio, y dejaré algunas para los hospitales y las cárceles. O las deshojaré por los caminos que recorra. ¿Usted ha visto cómo se deshojan las rosas? Pétalo a pétalo".

Letras para Dios

Su destinatario fue Dios, a quien, en medio de los versos, le reclamó por haberle arrebatado a su hijo: un brillante joven matemático, cuentista, bailarín, dibujante y teatrero. Cuando falleció estaba en Copenhague (Dinamarca), donde tenía una compañía de teatro.

Hasta allá llegó Mariluz a acompañarlo en el lecho de muerte. Antes de continuar con la entrevista, Mariluz advierte que hay cosas de las cuales en su familia está prohibido hablar: la edad, la política y la religión. Por eso aclara que el único libro al que no tuvo acceso en su casa fue a La Biblia.

-Si no cree en Dios, ¿por qué le escribió?

"Porque dicen que Él es el que se lleva a la gente que se muere", asegura.

-¿Y Dios cómo va a hacer para responder la carta?

"¿Acaso Él no es Todopoderoso?", contesta.

Con la última frase de su misiva, Mariluz dejó claro que espera una respuesta contundente y razonable de Él: "Te hacía falta quién te llenara el cielo de cuadros coloridos, quién te escribiera cuentos y te los leyera (...) "Dios tiene una deuda pendiente conmigo".

Esta mujer, formada en filología (para entender las palabras y aprender a escribir), psicología (para entenderse a sí misma y a los demás) y teología (para buscar a un Dios que no encontró), afirma que no conoce la palabra perdón.

"Hay tantos viejitos que se quieren morir o que nos queremos morir, y tanta gente mala que debería estar muerta, y -precisamente- se muere mi hijo en el mejor momento de su vida".

Por lo tanto, es tajante al insistir en que no perdona al Dios que se llevó a su hijo a "sacudir la lluvia, a formar copos de nieve".

Escritora y modelo

Escribir ha sido el motor de Mariluz. Tiene una columna en el periódico antioqueño El Mundo, pero también fue modelo y presentadora de programas de televisión, en los 60. Por estos días estudia alemán, va a clases de tango y jazz, y promueve la página de Internet que creó en honor a su hijo, y en la que aparecen sus escritos, sus dibujos y el libro que ella le hizo en su memoria: www.jorgeholguinuribe.com

La Carta a Dios

"Te llevaste a mi niño, nuestro niño, el hijo de mi marido y mío, el hermano de su hermana, el amigo de sus amigos, el compañero de su amiga, el cuñado, el nieto, el tío, el sobrino.

El profesor, el bailarín, el teatrero, el escritor, el dibujante...

Te hacía falta quién te llenara el cielo de cuadros coloridos, quién te escribiera cuentos y te los leyera, quién bailara y actuara para ti.

Quién te divirtiera con su ingenio, con su risa.

Quién te ordenara y decorara el cielo, quién hiciera las fiestas de bienvenida para todos
los nuevos inquilinos.

Quién se encargara de los libros, las velas, la música, los postres, y de mover la luna.
Quién diseñara lo que aún no se había inventado.

Quién llenara ese vacío de santa monotonía, y acaso de falta de novedad que a lo mejor respira por allá.

Jorge llegó con Pafi, su osito de felpa, a barrer las nubes y a poner las estrellas en su sitio.

A sacudir la lluvia, a formar copos de nieve.

Y a hacer que el sol brillara más claro por su propia transparencia.

Jorge llegó con su verdad, según tu voluntad. A conversar contigo.

A oírte...y a que lo oyeras.

Una vez él había escrito una 'Oración a Diosesito', tú debes conocerla...

Él te llamaba así, 'Diosesito', y escribió en su diario: "Yo sabía que tenía que darle el regalo de mis danzas a la gente y a Diosesito".

He oído que mucha gente te da las gracias a ti, Dios, por una cosa, otra y la de más allá.

Pero esta vez toca que Tú, Dios, me las des a mí o nuestra cuenta sigue pendiente.
Formal saludo.

Mariluz Uribe de Holguín.


JOSÉ ALBERTO MOJICA P.
REDACTOR DE EL TIEMPO

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