martes, 26 de agosto de 2008

Cuidado con el sol y los recién nacidos.

Ya son conocidos los efectos perjudiciales de los rayos ultravioletas sobre la piel de los seres humanos razón por la cual ha llevado a desaconsejarse la exposición al sol de los recién nacidos y bebés menores de seis meses, cuya piel es especialmente más sensible.

Sin embargo, esto no significa que debemos ocultar al bebé del sol en todo momento, pero, lo que sí es aconsejable es evitar su exposición en estos días de vacaciones entre las diez de la mañana y las cuatro de la tarde, período en que los rayos son aún más poderosos.

La exposición de la piel de un bebé pequeño al sol puede ocasionar quemaduras, dolor, fiebre, deshidratación y, con el tiempo, también arrugas y posiblemente cataratas en los ojos. Su piel fina es más propensa que la de un adulto y por ello es importante cuidarla así sea aquellos niños con una tez más morena.

El bebé debe protegerse básicamente con la ropa, usando telas finas de algodón que le cubran brazos y piernas en los meses más calurosos, gorras con visera o sombreros de ala. Pero, tampoco hay que tapar en exceso al bebé, lo cual es un error muy recurrente, pues debe estar fresquito y tenemos que evitar en lo posible que sude.

En el mercado existen infinidad de protectores solares o los llamados bloqueadores, sin embargo, Guía Mamá y Bebé recomienda como el mejor protector para el sol a la sombra. Es mejor protegerlo bajo un árbol, sombrilla o techo. Pero ten cuidado con las nubes; los rayos ultravioletas las atraviesan, de modo que la piel de un bebé puede quemarse en un día nublado en 10 o 15 minutos.

Ahora, pese a que anteriormente se desaconsejaba el uso de protectores solares en bebés de menos de seis meses, por el riesgo de que la piel absorbiese sustancias nocivas para su salud, hoy se cree que pueden utilizarse sin peligro si se aplican solo en pequeñas cantidades para proteger cara, manos y pies. Para ellos el factor de protección solar debe ser siempre superior a 20.

Siguiendo estos consejos tu bebé no se quemará, pero si un día nos descuidamos y ocurre, si el niño es menor de un año, acude de inmediato al pediatra. Una quemadura solar puede ser grave y constituir una emergencia sobre todo si hay ampollas, dolor o fiebre.

Si el niño se quema con el sol, es importante hidratarlo suficientemente con jugos frescos o agua para reponer los líquidos perdidos. Mantén a tu bebé completamente alejado del sol hasta que esté totalmente recuperado de las quemaduras solares. Las compresas de agua fresca sobre la piel del bebé pueden ayudarlo a sentirse mejor. También pueden emplearse compresas con bicarbonato (una cuchara sopera en un litro de agua). No uses ninguna loción salvo por recomendación del pediatra.

Desde | Guia MyB

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