Los bebés son capaces de registrar los sabores y olores dentro del vientre de la madre por lo que cuando sean más mayores preferirán los alimentos que su madre ingirió que los que no.
Esto quiere decir, según el presidente del Congreso Nacional de Nutrición Comunitaria, que se está llevando a cabo estos días en Valencia, el doctor Javier Aranceta, que "si una madre cuando está embarazada toma frutas y verduras, su hijo tomará frutas y verduras cuando sea mayor porque lo asumirá como algo normal, mientras que si la madre consume hamburguesas, su hijo después se decantará más por este tipo de comidas y tendrá más facilidad de desarrollar enfermedades".
Por ello, la prevención temprana de las enfermedades crónicas es uno de los parámetros esenciales de la nutrición del siglo XXI. Una vez nacido el niño, "es aconsejable la lactancia materna de manera exclusiva durante los seis primeros meses de vida, siempre y cuando sea posible. A partir de ahí han de ir realizándose las transiciones alimentarias incorporando nuevos alimentos al objeto de definir el perfil metabólico del niño", según Aranceta.
La madre ha de tener en cuenta que la producción de leche requiere una elevada ingesta de líquidos y debe evitar el alcohol, bebidas estimulantes y la automedicación.
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