Conforme el niño se va desarrollando y se acerca a los dos años, comienza a adquirir la capacidad de imitar aquello que le rodea, los comportamientos. El bebé adquiere la capacidad de representación simbólica, y por tanto sus juegos también van adquiriendo poco a poco un carácter simbólico. Aquellos juguetes que les permitan desarrollar este simbolismo, potenciar su imaginación, y representar un papel serán muy adecuados.Alrededor de los 2 años, tanto para niños como para niñas, son recomendables, por ejemplo: coches y carretillas (que pueden empujar, arrastrar, cargar, descargar), algunos juegos de construcción y equilibrio tanto en madera como en plástico, herramientas en madera o plástico (por ejemplo palas, cubos, y rastrillos para jugar con la arena), muñecos, teléfonos de plástico, arcilla, etc.
Sobre los 3 años el niño empieza a relacionarse con otros niños como él durante sus juegos, incluso puede aparecer la figura del amigo imaginario. En esta edad el niño ya puede empezar a disfrutar de los columpios en un parque, de triciclos o de pequeñas bicicletas con ruedas laterales. Los juegos que imitan la realidad resultarán muy atractivos tanto para niños como para niñas: tiendas, zoos, garajes, cocinas, etc. Los juegos de construcción, algo más complejos, seguirán en vigor. También se puede ir presentando al niño los primeros juegos de mesa, como por ejemplo puzles, que le ayudarán a desarrollar su capacidad para relacionar imágenes.Entre los 3 y los 4 años el niño disfruta escuchando cuentos e historias que llega a memorizar casi por completo. Es más, si los padres leen cuentos a su hijo con regularidad desde los 2 años, se comprueba como el desarrollo del lenguaje es más fácil.
Alrededor de los 4 años el niño ya se encuentra plenamente identificado con su sexo y los roles asignados por la sociedad, por lo que tenderá a preferir unos juguetes a otros. Aun así existen multitud de juguetes perfectamente válidos para ambos sexos.
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