Un profesor de la Universitat de València ha participado en la elaboración de una guía que recoge y analiza los gestos básicos de los bebés de 3 a 12 meses. El informe permite identificar las emociones a través de las características faciales de los niños, que es la forma que tienen de comunicarse.
Hasta seis emociones distintas como sorpresa, enfado, miedo, asco, tristeza y alegría puede reflejar el rostro de un bebé de tres a doce meses de vida a través de su expresión facial y su llanto, según recoge el estudio Comunicación gestual y prosódica del bebé en el que ha participado el profesor titular de la Facultad de Psicología de Valencia, Mariano Chóliz junto con un equipo de investigadores de las universidades de Murcia y la de Educación a Distancia.
El trabajo, que se presentó ayer en Madrid y ha sido financiado por el Instituto del Bebé Nuk, ha identificado seis patrones gestuales tras estudiar las características vocales y gestuales de 43 bebés de los que se obtuvieron 400 secuencias de vídeo, algunas de las cuales como las de miedo y enfado fueron provocadas para registrar los rasgos identificativos, según informó a Levante-EMV el profesor Chóliz, quien indicó que para analizar las expresiones del dolor se utilizaron imágenes de bebés en el momento de inyectarles una vacuna.
La investigación revela que la expresión facial y vocal del bebé durante el llanto permite distinguir a los padres y a los pediatras si el niño llora por miedo enfado o dolor.
Los expertos han elaborado una Guía de comunicación gestual que está a punto de ser editada en la que se describen las expresiones faciales y vocales de los niños, independientemente del sexo o de los rasgos personales de cada uno de ellos.
«En un protocolo de registro que describe las reacciones del bebé ante diferentes emociones, algo tradicional en los estudios psicológicos de adultos y noños, pero muy novedoso al tratarse de bebés», declaró el profesor Chóliz que sostiene que a largo plazo los pediatras podrían identificar algunas enfermedades a través de los gestos y llanto.
«Con los niños de más de seis meses, los padres y cuidadores deben tener especial cuidado de no atender su llanto más allá de lo estrictamente necesario porque pueden potenciarlo y con él el sufrimiento del niño, ya que el bebé cree que si llora conseguirá cosas, y de esa manea manipula a los demás y tarda en madurar», declaró el catedrático de la UNED.
Desde Levante EMV
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