Si está embarazada y ha optado por irse de vacaciones, tenga mucho cuidado con el sol. Según aclara el doctor Eduardo López Bran, especialista en dermatología, las embarazadas deben utilizar una fotoprotección elevada.
Lo indicado para prevenir el daño solar es un fotoprotector de índice superior a 15, pero además, en las embarazadas, evita la aparición de manchas en la piel, que suelen producirse durante la gestación. Estas manchas, denominadas melasmas o cloasmas, se localizan con bastante frecuencia en la frente, pómulos y labio superior. A pesar de estas contraindicaciones, el sol, tomado con moderación, constituye una fuente de salud para las gestantes. De hecho, favorece la síntesis de la vitamina D, la que facilita la absorción del calcio, y contribuye a mejorar el estado de ánimo.
En cualquier lugar de vacaciones, ya sea playa, montaña o ciudad, deben seguirse estas precauciones ante el sol. Si usted ha elegido la playa, tenga en cuenta que el efecto solar incrementa su potencia, porque los rayos se reflejan en la arena. En este caso, estaría justificada una protección mayor que la empleada en la piscina, por ejemplo. En las ciudades también es aconsejable utilizar cremas con filtro solar.
Por supuesto, la fotoprotección ha de ajustarse a las características personales de cada embarazada, atendiendo a la claridad de su piel, ojos y cabello.
Si apareciesen manchas solares, recurra a su dermatólogo, quien le prescribirá el tratamiento adecuado a cada caso. El doctor López Bran recomienda no reforzar el bronceado consumiendo betacaroteno (una sustancia presente, entre otros alimentos, en las zanahorias), al menos durante el primer trimestre de embarazo.
Los rayos uva tienen las mismas contraindicaciones que el sol. Si está embarazada y decide tomarlos, procure utilizar la protección adecuada. Después del parto, debe esperar tres meses antes de volver a tomar el sol, pero siempre con fotoprotección, aunque tiene menos riesgo de que aparezcan las manchas.
En cuanto a las regiones del cuerpo más sensibles, las embarazadas deben recordar que las zonas de la cara son las más propensas a sufrir melasmas. La tripa no necesita una protección especial o adicional a la del resto del cuerpo, pero no olvide cubrir la cabeza, para evitar insolaciones y que el pelo se reseque. Una crema con índice fotoprotector 15, le permitirá permanecer tomando el sol por un periodo quince veces superior al que pudiera estar sin esta protección.
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