martes, 2 de junio de 2009

Fobias infantiles: ¿cómo curarlas?

A la oscuridad, a los placares, a los truenos, los animales, los fantasmas, al agua... Sin tratamiento adecuado, pueden persistir e instalarse de por vida.
Son miedos selectivos y excesivos que persisten en el tiempo, aun cuando a primera vista no se encuentre la fuente de la amenaza . "Son muy limitantes e interfieren en el desarrollo de la vida del niño y de la familia, ya que con tal de evitar aquello a lo que le teme, el chico modifica sus hábitos y su conducta", afirma la doctora Raquel Solvey, quien suele recibir muchas consultas por estos padecimientos. La profesional recuerda el caso de Matías, un niño de cuatro años con fobia a las polillas y por extensión a todos los insectos. Su familia y él estaban condenados a pasar los fines de semana en el departamento, ya que Matías se aterrorizaba en las plazas o en el campo, por la posible aparición de alguno de estos insectos.

La diferencia entre miedo y fobia es que esta última es mucho más fuerte y no se modifica con explicaciones. "Deriva de alguna situación traumática, en general no recordada, y se acompaña de sensaciones corporales muy fuertes y de pensamientos irracionales. Por ejemplo, el "miedo" a los perros se reduce si se le explica al niño que no son peligrosos, no muerden, se le pide que acaricie un perrito, y al ver que no le hace nada se modifica su teoría anterior, y el miedo desaparece. En cambio, la fobia a los perros no se reduce aunque logremos que lo toque", explica la doctora.

Solvey detalla que las fobias se pueden extender y amplificar. Como otro de los casos que llegó a su consultorio: Una nena de cinco años que se había atragantado al comer una empanada, donde casi se ahoga. La niña había dejado de comer sólidos por el miedo que le daba, que se pudiera repetir la situación traumática. En aquella ocasión, la doctora recuerda que utilizó las Terapias de Avanzada para solucionar el padecimiento de la niña. "Lo que se hace es pedirle a la niña que recuerde (o piense) en el episodio de atragantarse y se le aplica Estimulación Sensorial Bilateral Alternada, que puede ser visual, táctil o sonora. Esto desestructura el recuerdo, que deja de ser traumático, y se convierte en un recuerdo más, común y corriente, sin miedo", relata la doctora, y agrega: " Su resolución no llevó más de una sesión".

Según explica la doctora, la causa principal de las fobias son los traumas o sustos. "Pueden no ser situaciones excesivamente traumáticas de manera objetiva, pero sí representaron una situación de mucho miedo para el niño", explica la profesional y menciona la historia de Dana que a los tres años empezó con una fobia a las tormentas eléctricas. Cada vez que escuchaba un trueno corría aterrorizada a refugiarse en los brazos de sus papás. Pasaba el tiempo y esto seguía así...hasta que un día a la mamá ató cabos, y pensó: "¿No será el cuento de María Elena Walsh que suele escuchar una y otra vez?" En uno de ellos aparecía un "Emperador con voz de trueno y ojos de relámpago". Esa fue la causa de la fobia de Dana...se asustó, simplemente. De allí a las tormentas eléctricas había un solo paso. "La fobia de Dana se resolvió haciéndole escuchar el disco una y otra vez, mientras le aplicamos una técnica adecuada y específica para desensibilizar fobias. En una sola sesión el problema de Dana estaba resuelto", relata Solvey. Luego del corto y eficaz tratamiento, restaba esperar la próxima tormenta... Y cuando ésta llegó, Dana la toleró perfectamente.
Sin tratamiento adecuado, las fobias infantiles pueden persistir e instalarse de por vida sin que nadie jamás sospeche su origen, el cual puede ser tan sencillo y banal como en el anterior caso descripto.

¿Qué pueden hacer los padres? "Es poco lo que ellos pueden hacer para solucionarlo. Está fuera de su alcance, y sólo logran presionar al niño, y si lo empujan a enfrentar la situación pueden incrementarlo. Con las Terapias de Avanzada, se logra rastrear y encontrar el origen de las fobias y resolverlas rápida y definitivamente. Tanto en adultos como en niños, se puede trabajar con ellas, estimulando ciertas áreas del cerebro que guardan la información perturbadora, por medio de una estimulación sensorial de los ojos, sonidos, o táctil, mientras el niño piensa en el tema o se lo relatan los padres, si los niños son muy pequeños.

¿Estas fobias infantiles se pueden resolver sin recurrir a ninguna terapia psicológica como complemento? "Así es, que un niño tenga una fobia no implica ninguna situación patológica en la casa ni nada por el estilo. Una vez resuelta la fobia en una o dos sesiones, no requiere más tratamiento, todas las limitaciones provocadas por la fobia desaparecen por completo", concluye Solvey.

Desde | Ciudad.com.ar

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