El pequeño nació anoche en Río Tercero (Córdoba, Argentina) y su condición de salud exigía ser trasladado a Córdoba. Durante horas, tres médicos hicieron gestiones telefónicas hasta que a la madrugada consiguieron que sea atendido en la capital provincial.
El pequeño fue internado en la madrugada de hoy en el sanatorio Aconcagua, donde se encuentra en estado crítico.
Según lo asegurado por el profesional, el bebé necesitaba de una intervención quirúrgica en un centro asistencial de mayor complejidad, que no existe en la ciudad riotercerense.
“El pequeño está en el sanatorio Aconcagua mientras que la mamá está acá con nosotros. La Obra Social del Sindicato de Vigilancia e Investigación Comercial de Córdoba (Ospevic) fue la que respondió a los insistentes reclamos y pudo así garantizar el traslado a Córdoba”, valoró el médico.
Por otra parte, el director médico del sanatorio Aconcagua, Víctor Conde, en diálogo con Cadena 3 señaló que el bebé está estable pero grave.
“Es un pequeño de 34 semanas que ingresó a la madrugada con un cuadro de gastrosquisis, donde la pared abdominal del bebé no se encuentra cerrada. Esta mañana se le practicará una intervención. El pequeño fue trasladado desde Río Tercero, bien canalizado y con el abdomen contenido. Está estable pero su estado es crítico”, precisó Conde.
En este marco, López denunció en un primer momento abandono de persona de las autoridades sanitarias de la ciudad y del Juzgado de Río Tercero.
“Estamos azorados por la falta de compromiso con la vida de las personas que estuvieron involucradas en el caso. Recibí a las 20 horas de ayer, de parte de un colega el pedido para asistir a una mujer con amenaza de parto prematuro. Se sabía de antemano que el bebé tenía problemas”, relató.
“El niño nació perfectamente pero necesitaba ser derivado a un centro de mayo complejidad que no hay en Río Tercero. El bebé nació cerca de la 1”, señaló el médico.
“En un primer momento se intentó derivarlo, pasó por la obra social, por Derivación de Pacientes de la Provincia, hasta que llegamos al Juzgado. Nadie nos dio una solución, eramos tres médicos haciendo de telefonistas para intentar asistir al bebé. La última llamada que recibí fue la del juez, quien me preguntaba si ya se había resuelto el problema porque quería irse a dormir”, contó sorprendido el doctor.
Y agregó: “Recurrí a la Justicia luego de llamar a la Policía para consultar el número del fiscal. Estuvieron como 15 minutos para facilitármelo. Llamé al fiscal, me atendió la secretaria, le dije de qué se trataba y me aseguró que no podía hacer nada porque no había un delito, o sea que para que intervenga el magistrado tiene que haber un muerto”.
Desde | Cadena 3
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