martes, 22 de septiembre de 2009

Cuidado con el peso de las mochilas

Soportar dolencias en la espalda durante la niñez y adolescencia aumenta el riesgo de sufrirlas de manera crónica cuando se llega a la etapa adulta...

Los malos hábitos posturales, el excesivo peso que se carga en la mochila debido al material escolar y la manera incorrecta de llevarlo, el sedentarismo delante de la televisión, el ordenador o los videojuegos y un inadecuado mobiliario escolar o doméstico, son los responsables de los dolores de espalda que sufren niños y adolescentes. No obstante, los expertos también advierten de que un ambiente familiar o escolar conflictivo, así como trastornos de depresión, ansiedad, tristeza o baja autoestima, pueden cronificar el proceso.

Con el inicio del curso escolar es habitual ver a niños y adolescentes cargados con enormes mochilas. Ésta es una de las causas más frecuentes del dolor de espalda. Aunque a menudo se considera una dolencia propia de la edad adulta, las cifras apuntan a un escenario distinto: el 10% de los niños de 10 años la padecen y su prevalencia aumenta hasta un 70% al final del crecimiento. Sufrir dolor de espalda durante la infancia aumenta el riesgo de que se convierta en un problema crónico en la edad adulta.

La prevención es la solución

Una de las medidas preventivas más eficaces es la educación sanitaria, aunque según el presidente del Consejo General de Colegios de Médicos (CGCOM) de España, Juan José Rodríguez Sendín, no se le da la importancia suficiente. Esta organización, junto con la Fundación Kovacs, ha diseñado una campaña de concienciación sobre el dolor de espalda centrada en niños, adolescentes y padres. El objetivo es promover buenos hábitos de higiene corporal y minimizar las consecuencias de esta dolencia.

Con el lema "No des la espalda a tu espalda", este programa intenta captar la atención de autoridades sanitarias y sociales, además de la comunidad educativa, para que tomen las medidas oportunas. Los especialistas insisten en el papel de los progenitores, que deben promover hábitos de vida saludables, como la práctica regular de ejercicio. Desde la Fundación Kovacs explican que una de las principales acciones tendría que ser el abandono del hábito tabáquico, que aumenta la prevalencia del dolor de espalda.

Esta dolencia es más frecuente entre la población fumadora, debido a que la tos provoca una vibración que se traduce en un incremento de la presión intradiscal, un peor riego sanguíneo (tanto en el disco como en la musculatura circundante) y un peor estado general, según la evidencia disponible hasta el momento. Por estos motivos, no fumar en la etapa adolescente es una de las recomendaciones de esta campaña, que anima a los progenitores a "predicar con el ejemplo".

Controlar el peso

Transportar una carga excesiva provoca entre 1,6 y 3,4 veces más molestias en la espalda. Sin embargo, se estima que cada escolar lleva cada día en su mochila un peso superior al máximo recomendado, que no debería exceder el 10% de su peso corporal.

A pesar de que no hay evidencia científica que demuestre de forma fehaciente la relación entre el peso de la mochila y el dolor de espalda, los especialistas avisan de que un peso superior puede ser perjudicial. Países como Italia han propuesto un proyecto de ley para regularlo entre la población escolar. Un estudio realizado en el área de Barcelona por el Instituto de Investigación del Hospital Universitario Vall d'Hebron demostró que el peso medio de las mochilas de los escolares entre 12 y 14 años era de ocho kilogramos, una cantidad excesiva.

Pero no sólo afecta el peso en sí. Son muy importantes aspectos como el ancho de las asas, la capacidad física del niño, el tiempo de traslado, la manera de transporte (en un hombro, en ambos o como un carrito) o su colocación. Los expertos en traumatología y ortopedia lanzan indicaciones al respecto. Aconsejan llevar el menor peso posible, en mochilas con tirantes anchos y acolchados, colgados en ambos hombros, cerca del cuerpo y a una altura "ni muy alta ni muy baja".

Estudios internacionales demuestran que los escolares que disponen de taquillas en sus centros trasladan con frecuencia menos peso, por lo que el dolor de espalda es menos habitual. Las mochilas con ruedas que se arrastran también evitan el peso en la columna, pero no están libres de inconvenientes: son incómodas al subir y bajar escaleras, y producen una carga de tracción asimétrica de la columna vertebral.

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