domingo, 6 de septiembre de 2009

Quistes en los pechos y lactancia

Al aumentar la conciencia sobre el cáncer de mama, se les recuerda con más frecuencia a las mujeres que se informen sobre la salud de sus pechos.

Desafortunadamente, muchas mujeres creen que los lineamientos sobre la salud de los pechos, y las técnicas de detección y diagnóstico no se aplican a ellas si están lactando. En casi todas las situaciones, una mujer lactante puede hacerse mamografías, biopsias y cirugía del pecho mientras continúa amamantando a su bebé.

Diagnóstico

El descubrimiento de un abultamiento en el pecho usualmente se da como resultado de que la madre, su esposo o médico lo sintieron. Con frecuencia, el médico tendrá idea sobre la naturaleza del abultamiento por cómo lo siente. Los abultamientos benignos usualmente se sienten redondos, lisos y se mueven dentro del tejido del pecho. Los abultamientos cancerosos pueden ser de forma irregular, se sienten cartilaginosos y es más probable que se encuentren fijos dentro del tejido del pecho.

Usualmente, el siguiente paso es tomar una mamografía para ayudar a determinar de qué tipo es el abultamiento. Muchos doctores (y mujeres) creen que se debe destetar al bebé antes de practicarse la mamografía. La lactancia puede dificultar la lectura y puede ser que no sea apropiado tomar mamografías para propósitos rutinarios de detección. Un radiólogo con experiencia podrá leer una mamografía diagnóstica de un pecho lactante. Esto es especialmente cierto si la madre tiene mamografías previas para su comparación, aunque esto es poco probable para la mayoría de mujeres en edad reproductiva.

La madre puede sentirse más cómoda si amamanta a su bebé inmediatamente antes de hacerse el examen. El ultrasonido podría ser usado para determinar la naturaleza de un abultamiento del pecho, pero puede no ser preciso para diagnosticar áreas del pecho que se ven sospechosas en la mamografía pero que no contienen un abultamiento palpable.

A veces una mamografía podría no ser diagnósticamente concluyente. En estos casos, una aspiración de aguja fina puede ayudar a distinguir entre un quiste con líquido y una masa sólida. La aspiración del quiste ocasionará que se colapse y así se asegura que el abultamiento es benigno. Las mujeres lactantes pueden tener quistes de leche llamados galactocele. Estos son innocuos y pueden aspirarse o dejarse. Si el abultamiento es sólido, las células obtenidas en una biopsia de aguja pueden ser enviadas para su evaluación patológica.

Después de la cirugía (de requerirse) la madre puede amamantar a su bebé en cuanto se sienta cómoda. Si la incisión está cerca de la boca del bebé, tal vez prefiera extraer su leche durante un día o más. Si escoge amamantar de ese lado, tal vez se sienta más cómoda si aplica una ligera presión sobre la herida con su mano para apoyarla mientras el bebé amamanta. Puede ser que vea sangre o leche sanguinolenta que sale del pezón. Esto es normal y se resolverá cuando el pecho sane. La sangre no le hace daño al bebé pero ella tal vez prefiera no amamantar de ese lado. Si es así, puedes alentarla extraer su leche para mantener su producción y aliviar la congestión

Si el bulto es canceroso y la elección de tratamiento es la quimioterapia, la madre deberá destetar a su bebé durante el tratamiento(Hale 2000).

Si se opta por radiaciones, podría continuar amamantando del lado no afectado. Si se remueve el cáncer con cirugía, puede continuar el amamantamiento sin interrupción. La mastectomía obviamente impide amamantar del lado extirpado, pero la madre puede amamantar a su bebé del otro pecho.

Riesgo externos para cáncer de pecho.

1) Edad del primer embarazo: la mujer que tiene su primer embarazo antes de los 20 años reduce dramáticamente su riesgo de cáncer de pecho. De manera similar, una mujer que es mayor cuando tiene su primer embarazo aumentará su riesgo de cáncer de pecho.
2) Historia de lactancia: Amamantar reduce el riesgo de cáncer de pecho. Esto es en parte por la amenorrea por lactancia.
3) Dieta: Una dieta baja en grasa y alta en fibra puede ser benéfica para reducir el riesgo de cáncer de pecho. Consumir alimentos ricos en vitaminas A, C y E puede proteger contra cáncer de pecho.
4) Consumo de alcohol: el consumo de alcohol puede aumentar el riesgo de cáncer de pecho. Aun un consumo moderado de alcohol (tres a nueve bebidas por semana) puede aumentar en un tercio el riesgo.
Prevención

Hay muchas cosas que podemos hacer para disminuir el riesgo personal de desarrollar cáncer de pecho en nuestra vida

1) Dieta: Una dieta alta en fibra, vitaminas, frutas y vegetales y baja en grasa, así como un consumo mínimo de alcohol, puede mejorar la salud en general y posiblemente reducir el riesgo de cáncer de pecho.
2) Auto examen del pecho: Una revisión de trials en el 2001 que evaluó los efectos de auto exámenes de pecho para resultados de cáncer de pecho indicó que el auto examen del pecho rutinario no mejora los índices de mortalidad y puede aumentar biopsias innecesarias y temor entre las mujeres. Como el auto examen sí ayuda a encontrar tumores en etapas un poco más tempranas que por otros medios, las cirugías podrían tener mejor resultado cosmético (debido a un tumor más pequeño).
3) Ejercicio: Nuestra comprensión del papel del ejercicio y su relación con la prevención del cáncer de pecho es preliminar. Aparentemente tiene un efecto benéfico en la reducción del riesgo de cáncer de pecho, así como de contribuir a la salud en general.
4) Medicamentos: Las hormonas como el tamoxifen se usan en mujeres que han tenido cáncer de pecho para prevenir que reaparezca. Aun no queda claro si el tamoxifen está previniendo que se desarrolle cáncer o está tratando cánceres muy pequeños, aun no detectados, cánceres que ya están presentes en el pecho. En cualquier caso, el tamoxifen no se considera un medicamento apropiado para mujeres lactantes ya que puede acumularse en el cuerpo del bebé después de su uso prolongado y puede reducir los niveles de prolactina e inhibir la lactancia.
5) Historia de lactancia: La lactancia materna reduce el riesgo de la mujer de padecer cáncer de pecho. De acuerdo a un reporte reciente, el riesgo de una mujer de padecer cáncer de pecho disminuye un 4.3% por cada año que amamanta. Esto en parte se debe a la amenorrea por lactancia.

Muchas mujeres temen desarrollar cáncer de pecho, pero teniendo una mejor comprensión de las técnicas de diagnóstico, así como de factores de riesgo y prevención, ojalá se pueda reemplazar el miedo con empoderamiento y una actitud proactiva para preservar la salud de los pechos.

Desde | Liga de la leche

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