martes, 8 de septiembre de 2009

Sindrome postvacacional en niños

Sus síntomas son pasajeros y desaparecen en un periodo que oscila entre 24 horas y un mes

La vuelta a la rutina diaria después del periodo vacacional supone un cambio brusco para el organismo. Ordenar de nuevo horarios de comida, descanso y ritmo de trabajo puede alterar el reloj interno. El esfuerzo que requiere este regreso, acompañado de la falta de motivación y de una visión lejana de un nuevo periodo de descanso, favorece la aparición del síndrome postvacacional. Aunque no está tipificado como enfermedad por la comunidad científica, cuando llegan estas fechas, sus consecuencias son evidentes. Los expertos aseguran que para evitarlas, o al menos aliviar este estado de ánimo, basta con seguir unas pautas de prevención.

En septiembre llega también el inicio del "cole" y las actividades extraescolares. Cumplir de nuevo un horario estricto puede afectar a los niños cuyos padres también padecen síndrome postvacacional. La Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) y la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) ofrecen información dirigida a los pequeños y a sus padres, para facilitar la adaptación del niño a esta nueva etapa en el colegio.

Una de las indicaciones de los especialistas consiste en animar a los niños a retomar los hábitos y los horarios escolares, varios días antes de empezar el curso. Así se favorece una adaptación progresiva a los cambios y se evita el retorno brusco a la rutina. Madrugar es el aspecto más difícil. Para que no sea así, los expertos proponen un reajuste progresivo de la hora a la que se despiertan los pequeños hasta que, dos o tras días antes de empezar el curso, hayan asumido el nuevo horario. Es útil que cada día se acuesten un poco antes, para que descansen las horas necesarias.

Después de un verano en el que prima el ocio, con pocas obligaciones, el paso a actividades menos lúdicas y que precisan un esfuerzo mayor resulta difícil para los pequeños: nuevas asignaturas, profesores, amigos y, en algunos casos, cambio de centro educativo o de ciclo. Los expertos afirman que es más fácil afrontar con éxito este periodo si padres y educadores transmiten una actitud positiva. Respecto a las actividades extraescolares, los pediatras recomiendan que se ajusten a la edad, la capacidad y los gustos del niño para que no se sientan sobrecargados. Hay que ser conscientes de que necesitan tiempo para descansar y distraerse de las tareas diarias.

Durante los primeros días de colegio, los especialistas insisten en que es importante transmitirles confianza y seguridad, a la vez que se les pide esfuerzo y colaboración para fomentar la autoestima. Con todo, el periodo de readaptación suele durar unas dos semanas. Si este tiempo se alarga, hay que tranquilizar a los pequeños para que, poco a poco, recuperen su propio ritmo.

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1 comentario:

Hola. Somos Nancy y Matías. dijo...

Yo noto que en casa afecta más el regreso a clases después del periodo vacacional de invierno. En cambio al comienzo de año Karen tiene todas las energías. Incluso sus mejores desempeños siempre fueron a comienzo de año