Esta situación es un patrón de coacción y control, que incluye la agresión física, sexual, emocional o combinación de ellos y amenazas contra una mujer, por su pareja o ex –pareja, antes, durante y hasta un año después del nacimiento de un hijo.
Hasta la fecha no hay ninguna prueba concluyente de que el embarazo en sí puede provocar mayor violencia contra la mujer. Sin embargo, en un análisis de los datos disponibles en 1998, se señalaron ciertas indicaciones de que el predominio del abuso físico y sexual es mayor y más grave entre las mujeres embarazadas que entre otras mujeres. Aun cuando los resultados de las investigaciones no son consistentes, se encontró al embarazo como un factor de riesgo para la violencia y su severidad. Se ha mostrado que la violencia no se detiene con el embarazo.
Existen diversas razones por las cuales la pareja de una mujer puede recurrir a la violencia, particularmente durante el embarazo:
* Él no quiere que ella acuda a la consulta médica. El control del embarazo por profesionales médicos exacerba sus celos y posesividad, pues no tolera que “toquen” o “vean” el cuerpo de la mujer al cual considera suyo.
* Él sospecha que otro hombre es responsable del embarazo.
* Él considera el embarazo una carga económica, ya sea porque su pareja embarazada trabaja menos en el hogar, o fuera de éste, o porque el nacimiento inminente de un hijo acarreará nuevas demandas económicas en un hogar de pocos recursos.
* Él se pone celoso al percibir que la mujer embarazada presta menos atención a sus necesidades y sus deseos. Surge el temor al abandono o desapego y esto resulta ser el prólogo de la ira o episodio de violencia.
* Él tiene dificultad de desarrollar un rol paterno maduro y protector, dado que es habitual que el hombre violento haya sido maltratado o testigo de violencia en su infancia.
* Él ve que la mujer es más vulnerable o indefensa debido a su condición de embarazo y menos capaz de tomar represalias o defenderse.
Entre las mujeres embarazadas, las más jóvenes son las que presentan más riesgo de sufrir violencia doméstica. En general, el riesgo aumenta si viven solas, si vive en un ambiente hacinado y si tienen bajo nivel socio-económico. La violencia doméstica se asocia también con el consumo de alcohol, tabaco o drogas por ambos miembros de la pareja.
Desde | InfoGen
1 comentario:
Yo soy una profesional, y adulta sin ningun factor de riesgo de los que se incluyen y sufri maltrato psicologico en mi embarazo. Nadie esta excluido.
Publicar un comentario