martes, 9 de febrero de 2010

Ácido siálico: presente en la leche materna y excelente para el cerebro

Esta sustancia, abundante en la leche materna, es determinante en la estructura y las conexiones entre las neuronas, según diversos estudios.
La leche humana tiene componentes que juegan un papel destacado en la nutrición del bebé y en el desarrollo de sus tejidos y órganos durante los primeros meses de vida. Estas sustancias no están presentes en las fórmulas infantiles o, al menos, no en la cantidad equivalente. Una de ellas es el ácido siálico, un oligosacárido (un tipo de hidrato de carbono) que se acumula en los tejidos nerviosos, sobre todo, en el cerebro.

La concentración de oligosacáridos varía en la leche humana: su síntesis depende de la herencia genética de la madre, del período de lactancia y del momento del día, aunque no parece verse afectada por la dieta materna. Las investigaciones actuales intentan explicar si el ácido siálico es condicional durante los períodos de rápido crecimiento cerebral y si confiere ventajas de desarrollo cerebral y aprendizaje a los lactantes amamantados, en comparación con quienes se alimenta con fórmulas infantiles.

Nutriente específico de la leche materna

Alto contenido en lactosa y oligosacáridos, aporte equilibrado de proteínas, ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (AGPCL) y ácidos grasos esenciales garantizados, concentración adecuada de vitaminas (excepto vitamina D) y aporte equilibrado de minerales es, de manera resumida, el análisis nutricional de la leche materna. Algunos de estos nutrientes están identificados de forma clara y se han estudiado en profundidad. Otros no tanto, como los oligosacáridos, pese a ser los terceros componentes en cantidad, tras la lactosa y los lípidos.

Hay pruebas de que el aporte suplementado de ácido siálico a crías de animales de experimentación se traduce en un aumento de su concentración en el cerebro e influye en la capacidad de aprendizaje. Pero los expertos señalan que el momento de administración resulta crítico, ya que en animales de más edad no se registran cambios sustanciales. Este dato podría resultar de interés al evaluar su inclusión en las fórmulas infantiles.

En humanos, los estudios todavía son escasos, aunque con datos reveladores. Se ha comprobado cómo las membranas de las neuronas contienen 20 veces más ácido siálico que otras membranas celulares. Se cree que esta sustancia es determinante en la estructura y establecimiento de las conexiones entre neuronas (sinapsis), al facilitar la neurotransmisión.

Equilibrio de la flora intestinal

Está demostrado que los niños amamantados tienen mayor resistencia a las infecciones gastrointestinales, respiratorias y urinarias que quienes toman fórmulas infantiles. Esto se debe a la presencia en la leche materna de un conglomerado de sustancias bioactivas, como inmunoglobulinas, citoquinas, prolactina, leucocitos, lactoferrina, lisozimas y oligosacáridos. Los oligosacáridos actúan como prebióticos, al reducir la supervivencia de los microorganismos patógenos y promover el crecimiento de las bifidobacterias y los lactobacilus de la flora intestinal del bebé.

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