Ayudar a los niños autistas a aprender a comunicarse no mejora sus síntomas, afirmó un equipo británico en una reunión internacional sobre ese trastorno del desarrollo, pero refuerza la interacción entre padres e hijos, publicó The Lancet.
"La historia es algo confusa: tiene resultados alentadores y desalentadores", dijo el doctor Jonathan Green, de la University of Manchester, que participó en el estudio.
Los trastornos del espectro autista afectan a uno de cada 100 niños y cuestan miles de millones de dólares por año a los sistemas de salud.
Para Green, ni la terapia conductual ni los tratamientos farmacológicos resultaron tan efectivos para mejorar los síntomas autistas, como la disminución de las habilidades sociales, el retraso del desarrollo del lenguaje y las conductas repetitivas.
Pero algunos pequeños estudios previos habían sugerido que el tratamiento orientado a la comunicación, según nuevos datos sobre el desarrollo del autismo, sería efectivo.
De modo que el equipo de Green proporcionó al azar a 152 preescolares autistas aquel tratamiento o la atención tradicional.
Durante un año, los niños tratados con el nuevo enfoque recibieron sesiones de terapia del lenguaje, en las que los padres aprendieron a adaptar su comunicación a las dificultades de sus hijos.
Al año, el equipo comparó los resultados en ambos grupos, midiendo los síntomas mediante un test estandarizado. El tratamiento demostró no ser efectivo tras considerar diferencias entre los grupos, como la edad y el centro de atención.
"Diseñamos el ensayo para probar el enfoque de manera rigurosa", dijo Green a Reuters Health. "No encontramos lo que esperábamos", explicó.
Aun así, los niños pudieron comunicarse más con sus padres después del tratamiento, indicó Green. "Los padres dijeron que la terapia había sido efectiva porque había modificado los síntomas de sus hijos", agregó.
Audrey Thurm, psicóloga infantil de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, opinó que el nuevo estudio resultó más confiable que las investigaciones previas.
"Tenemos muy pocos estudios tan rigurosos como éste", indicó a Reuters Health.
La mayoría de los niños autistas en Estados Unidos, señaló, reciben un tratamiento similar al estudiado y los nuevos resultados deberían desalentar esos esfuerzos.
Por un lado, dijo, "logró cambiar la interacción entre padres e hijos". Por el otro, algunos niños podrían responder bien y otros no, lo que descarta un efecto potencialmente positivo.
"El autismo es un hueso duro de roer", dijo Green. "Todavía nos queda mucho camino por andar", concluyó.
Desde | Reuters Health
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