Los bebés con niveles relativamente altos o bajos de manganeso en sangre tardarían más que el resto en alcanzar ciertas etapas importantes del desarrollo durante el primer año de vida, de acuerdo a un nuevo estudio.
Eso no prueba que el manganeso, que se encuentra en la comida, el agua, el aire y el suelo, sea la causa del retraso del desarrollo.
Pero coincide con la noción generalizada sobre los efectos del manganeso: se necesitan pequeñas cantidades en la dieta para que el sistema nervioso funcione normalmente, mientras que grandes cantidades son dañinas para el cuerpo.
Un nuevo estudio analizó los efectos del manganeso en los primeros años de vida y si la exposición a un nivel relativamente bajo en el ambiente afectaría el cerebro en desarrollo.
La autora principal, la doctora Birgit Claus Henn, de la Escuela de Salud Pública de Harvard, en Boston, dijo que la mayoría de los datos disponibles provienen de estudios sobre trabajadores expuestos a altos niveles de manganeso en el trabajo.
El equipo de Henn halló que a los 12 meses, los niños en el 20 por ciento inferior o en el 20 por ciento superior de la escala, según los niveles de manganeso en sangre, tenían un rendimiento más bajo en un test estandarizado de desarrollo mental que el resto del grupo.
Pero el manganeso en sangre a los 2 años de edad no estuvo relacionado con el resultado de esa prueba. Y si bien seguía existiendo una asociación entre los niveles de manganeso a los 12 meses de edad y el desarrollo mental a edades más avanzadas, la relación se fue debilitando, publicó la revista Epidemiology.
Dado que este es el primer estudio sobre los niveles de manganeso en sangre y el desarrollo cerebral en bebés, Henn dijo que los resultados "deberían interpretarse cuidadosamente".
"Si otros estudios los confirman, sugerirían que los niveles altos y bajos de manganeso tendrían efectos adversos en el neurodesarrollo infantil, en especial en el primer año de vida, que es un periodo sensible", agregó.
El manganeso es un componente natural de las rocas y el suelo, y la población está expuesta al elemento en el aire, el agua y los alimentos como granos, frutas y verduras.
También se usa en la industria, principalmente en la producción de acero. La exposición laboral al manganeso es tóxica para las células nerviosas y algunos de sus síntomas son dificultad de concentración y trastornos similares al Parkinson, como lentitud en los movimientos y problemas de coordinación.
El equipo de Henn siguió a 448 niños mexicanos desde el nacimiento hasta los 3 años. Cada seis meses, los autores hicieron pruebas estandarizadas de desarrollo mental, que incluyeron pruebas de vocalización, comunicación, memoria y resolución de problemas.
En general, los niños en el 20 por ciento superior según los niveles de manganeso a los 12 meses obtuvieron 3 puntos menos que el resto en el test de desarrollo mental.
Según Henn, esa diferencia es similar a la que se observa cuando el nivel de plomo en sangre aumenta de 10 a 30 mcg/dL.
Se desconoce si los niveles de manganeso en sí mismos provocaron la disminución del rendimiento en la prueba de desarrollo mental. La relación se mantuvo tras considerar otros factores, como los niveles de plomo en sangre y el coeficiente intelectual y la educación maternas.
De todos modos, para Henn es posible que otros factores, por ejemplo la exposición a otras sustancias tóxicas, puedan explicar los resultados.
Desde | Reuters Health
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