Si ya no te caben los zapatos, compra unos cómodos y que te combinen con casi todo, medio número más grandes de lo habitual. El crecimiento del pie durante el embarazo es bastante común y, por lo general, permanente. Aunque esto no te guste mucho ahora, ¡piensa que es una oportunidad para renovar todos tus zapatos una vez que nazca el bebé!
Por ahora, los zapatos que te resultarán más cómodos son los que puedas ponerte sin tener que agacharte (sin cordones ni hebillas), las sandalias sin tacón en las que puedas simplemente deslizar el pie, y los zapatos muy flexibles que no te queden justos. Es mejor que el tacón no sea muy alto, porque eso te ayudará a mantener el equilibrio, ahora que tienes todo ese peso extra en la pancita.
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