Un estudio de niños de dos años en Oregón encuentra que casi el veinte por ciento ve más de las dos horas al día recomendadas de televisión.
"Los hallazgos se pueden generalizar bastante al resto del país", aseguró el coautor del estudio, el Dr. John Oh, agente del servicio de información de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los EE. UU., que trabaja con la Salud Pública de Oregón.
Los expertos han advertido que pasar demasiado tiempo frente a la tele podría impedir el desarrollo mental de un niño pequeño, y aumentar las probabilidades de obesidad. Los hallazgos recientes son "lo que muchos pediatras han sabido y temido", lamentó la Dra. Gwen Wurm, profesora asistente de pediatría de la Facultad de medicina de la Universidad de Miami. Wurm no estuvo involucrada en el estudio.
Según las directrices de la Academia Estadounidense de Pediatría, el tiempo que los niños pasan frente a la televisión debe limitarse a no más de una o dos horas al día de "programas de calidad", y las teles no deben colocarse en sus habitaciones.
Sin embargo, Wurm apuntó que "sabemos que muchos, muchos niños ven demasiada televisión. Cuando la televisión se vuelve una parte importante de la vida del niño, hay un problema".
"Es lo mismo con todas las pantallas", incluso las computadoras y los videojuegos, añadió. "Cualquier cosa que tenga que ver con una pantalla es realmente un problema".
El estudio aparece en la edición del 16 de julio de la revista Morbidity and Mortality Weekly Report de los CDC.
En el informe, Oh y colegas utilizaron datos de la Encuesta de monitorización de la evaluación del riesgo en el embarazo de Oregón para determinar los hábitos televisivos de los niños de dos años del estado.
Encontraron que, en un día promedio, el 19.6 por ciento de los niños de dos años veía al menos dos horas de televisión. Varios factores se asociaron con la cantidad de televisión que veían los niños.
Por ejemplo, alrededor del 36 por ciento de las madres negras reportaron que sus hijos veían al menos dos horas de televisión al día, en comparación con poco menos de 19 por ciento de las madres blancas. Además, los niños que tenían una tele en su habitación eran más propensos a ver mucha televisión (alrededor del 34 por ciento) que los niños sin un aparato en su habitación (16.3 por ciento), según el informe.
Quedarse en la casa por el día también tenía algo que ver. Casi el 23 por ciento de los niños que salían menos de cuatro veces a la semana veían al menos dos horas de televisión al día, en comparación con el 14.5 por ciento de los niños que salían con frecuencia. Además, los niños que pasaban tiempo en una guardería eran menos propensos a ver mucha televisión (7.8 por ciento) que los niños que no (alrededor del 23 por ciento), o los niños que recibían otros tipos de cuidado infantil (18.6 por ciento), encontraron los investigadores.
Limitar la cantidad de televisión que ven los niños a una edad muy temprana puede reducir la cantidad de tiempo que pasan frente a los medios de comunicación a medida que crecen, señalaron los investigadores. En este momento, el niño promedio de edad escolar pasa 4.5 horas al día viendo televisión, y 7.5 horas usando medios de comunicación en general, según un estudio reciente de la Kaiser Family Foundation.
"Probablemente, la mayoría de padres no reconocen que ver televisión a esta edad conlleva daños potenciales", advirtió Oh. "No hay evidencia científica que muestre que ver tele y videos tenga algún beneficio educativo para los niños de esta edad. Al contrario, varios estudios han mostrado que ver televisión a los dos años y antes puede tener impactos negativos sobre el aprendizaje, el lenguaje y la atención, y también se relaciona con la obesidad infantil".
Un exceso de tiempo frente a pantallas puede suponer una carga para el desarrollo de un niño, concurrió Wurm.
"Mientras más se le habla a los niños, mejor desarrollan el lenguaje", apuntó. "Cuando los niños ven televisión, los adultos no les hablan. Sabemos que el desarrollo cognitivo se relaciona con el desarrollo del habla, así que los niños que no aprenden a hablar bien son los que no alcanzarán su potencial cognitivo".
Wurm señaló que el problema es que la tele puede convertirse en un sustituto de una "interacción sana con los adultos y otros humanos. Con frecuencia, los padres no toman en cuenta lo que significan para el niño. Nada le gusta más a un niño que sentarse a hacer algo con sus padres".
Además, dado que las imágenes en la televisión pasan muy rápido, tal vez afecten la capacidad de un niño de concentrarse, y podrían ser en parte responsables del aumento en el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) entre los niños, planteó Wurm.
Y el exceso de medios en la niñez tiene un costo físico potencial en la obesidad, debido en parte al tipo de comida que los niños ven anunciado, afirmó Wurm. "Ven anuncios de cereales con sabor a manzana, no de manzanas", lamentó.
Según Wurm, la solución es simple: apague la tele y pase más tiempo con sus hijos, sáquelos al aire libre con mayor frecuencia.
"Mientras más tiempo pase con sus hijos al aire libre, más sanos serán", aseguró.
Desde | HealthDay News/HolaDoctor
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