La comida es uno de los momentos del día en el que los padres deben utilizar sus mejores armas para proporcionar un buen modelo de comportamiento a los hijos. Es imprescindible que, al menos, en una de las comidas del día estén acompañados de los progenitores.
Hay que facilitarles esta tarea. No se puede pedir a un niño que se siente de forma correcta en la mesa si no cuenta con un asiento adaptado a su altura, o insistirle en que coja bien los cubiertos si estos son demasiado grandes para él. Del mismo modo, es necesario evitar durante la comida distracciones (libros, televisión) que le impidan concentrarse.
Para que los buenos modales se reflejen en la mesa, es fundamental enseñar a los niños distintas pautas:
* Lavarse las manos antes de comer.
* Ayudar a poner y quitar la mesa.
* No empezar hasta que todos los platos se hayan servido y no levantarse de la mesa durante la comida.
* Colocarse la servilleta en el regazo y utilizarla siempre antes y después de beber.
* Colocar ambos brazos a los lados sin apoyar los codos.
* No chupar los cubiertos ni jugar con ellos.
* Mantener la boca cerrada mientras come.
* Cortar la comida en pequeños trozos.
* No hacer ruido al sorber los líquidos ni jugar con el pan.
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