Un nuevo estudio sugirió que las fumadoras que desarrollan preeclampsia durante el embarazo pueden sufrir complicaciones asociadas con ese trastorno, como parto prematuro, bajo peso del bebé al nacer y muerte del feto (mortinato).
La preeclampsia es un síndrome que produce un aumento súbito de la presión después de la semana 20 y una acumulación de proteína en la orina por estrés en los riñones.
La mayoría de las mujeres que lo sufren tienen un bebé saludable, pero el trastorno se puede transformar en una enfermedad riesgosa para la vida, llamada eclampsia, que puede causar convulsiones o coma.
La condición también puede retrasar el crecimiento fetal y aumentar el riesgo de parto prematuro y desprendimiento de la placenta antes del parto, lo que puede provocar hemorragia grave para la madre y el bebé.
Varios estudios demostraron que las embarazadas que fuman son menos propensas que las no fumadoras a desarrollar preeclampsia por motivos que se desconocen.
Pero los últimos resultados, publicados en American Journal of Obstetrics & Gynecology, sugirieron que cuando la preeclampsia aparece, fumar exacerbaría el riesgo de sufrir complicaciones, según el equipo de Elizabeth Miller, de Ottawa Hospital, en Canadá.
Con información de más de 300.000 partos entre el 2004 y el 2006, el equipo observó una incidencia levemente más baja de la preeclampsia en las mujeres que habían fumado durante el embarazo que en las que no habían fumado (1,2 versus 1,5 por ciento, respectivamente).
Pero en el grupo con preeclampsia, las fumadoras sufrieron complicaciones más graves. Por ejemplo, el 9 por ciento tuvo un bebé pequeño para la edad gestacional, comparado con el 5 por ciento de las no fumadoras con preeclampsia.
El 3 por ciento de las fumadoras con preeclampsia tuvieron desprendimiento placentario, a diferencia del 0,7 por ciento de las no fumadoras con la misma enfermedad. La tasa de partos de feto muerto fue del 1,8 y del 0,9 por ciento, respectivamente.
Tras considerar variables como la edad materna y la cantidad de embarazos (la enfermedad es más común en las primerizas), las fumadoras con preeclampsia eran de tres a seis veces más propensas que las no fumadoras a tener un mortinato, parto prematuro, desprendimiento placentario o un bebé pequeño para la edad gestacional.
Para el equipo, los resultados refuerzan la importancia de dejar de fumar durante el embarazo, o preferiblemente antes. También indican que las fumadoras con preeclampsia deben controlarse constantemente durante la gestación y recibir una intervención intensiva para abandonar la adicción.
Es difícil explicar por qué el tabaquismo protegería de la preeclampsia y a su vez agrava su evolución. Pero el equipo señaló que los cigarrillos contienen sustancias que impiden la contracción de los vasos sanguíneos, lo que evitaría su aparición.
Por otro lado, fumar reduce los niveles de sustancias similares a las hormonas llamadas prostaciclinas, que dilatan los vasos. La hipótesis de los autores es que, en las mujeres con preeclampsia, el tabaquismo exacerbaría la reducción de oxígeno que llega al feto.
Desde | Reuters Health
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