lunes, 7 de febrero de 2011

El azucar de los alimentos procesados para bebes

El bebé, a partir de los seis meses, requiere más energía que la aportada en exclusiva por la leche. Esto justifica que sea preciso introducir de forma paulatina nuevos alimentos. Para muchos niños, los purés y compotas de frutas son los primeros alimentos distintos de la leche que come. A la posibilidad de la elaboración casera de estos productos se unen las variadas ofertas de potitos de elaboración industrial que se pueden adquirir tanto en farmacias como en supermercados. Las dudas sobre estos productos que puedan tener muchos progenitores quedan resueltas al conocer que tanto sus ingredientes como la calidad nutricional e higiénica son aspectos estrictamente regulados. En el caso de los alimentos de fruta, incluso se establecen límites máximos de los azúcares, al ser nutrientes cuyo exceso desde edades tan tempranas compromete la salud de los pequeños.

Las pautas dietéticas y los criterios nutricionales que deben cumplir los productos industriales de alimentación infantil en la Unión Europea están establecidos por organismos de salud como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Comité de Nutrición de la Academia Europea de Pediatría y el Comité de Nutrición de la Sociedad Europea de Nutrición, Gastroenterología y Hepatología Pediátrica (ESPGHAN).

Los alimentos elaborados con cereales y los alimentos infantiles para lactantes (niños menores de doce meses) y niños de corta edad (entre uno y tres años) están sujetos a estrictos controles. La legislación (Directiva 2006/125/CE) establece normas armonizadas para la composición -al amparo de una lista de productos autorizados- y el etiquetado, y regula las cantidades máximas de los nutrientes más problemáticos. En el caso de los potitos de fruta pone límites máximos a los azúcares y a las vitaminas, minerales y oligoelementos añadidos, e incluso no admite la adición de vitamina A ni vitamina D a estos productos. La norma también prohíbe residuos de determinados plaguicidas o fija límites máximos que no pueden rebasar la ingesta diaria admisible.

Límites para los azúcares

Las frutas son alimentos ricos en nutrientes reguladores, como la fibra, vitaminas (ácido fólico, vitamina C, provitamina A), minerales y oligoelementos (potasio, magnesio...). El niño precisa consumir estos nutrientes en aumento para suplir su demanda de crecimiento y desarrollo a partir de los seis meses de edad. Las papillas de fruta, bien sean caseras o comerciales, serán a partir de entonces un complemento a las tomas de leche.

Ahora, lo común es que los fabricantes no añadan azúcar con el fin de ajustarse a la norma. La reducción se ha hecho de manera paulatina hasta conseguir que el azúcar de las papillas sea solo el de la fruta al natural. Con esta medida se consigue un doble efecto: no saturar de azúcares y calorías la dieta infantil y que el paladar de los niños se acostumbre a sabores naturales y no a un gusto dulce exagerado.

Es fácil comprobar si el envase contiene azúcar añadido con solo leer la lista de ingredientes. Un dato que también interesa conocer es la cantidad de fruta que añade cada fabricante, por si hubiera diferencias sustanciales entre unas marcas y otras.

Identificar los sabores poco a poco

Las papillas de fruta caseras tienen la ventaja de que pueden ajustarse mejor a los gustos del bebé. Al hacerlas al instante, es posible variar el tipo de fruta en el momento, usar las de temporada -más sabrosas- o cambiar la mezcla de frutas y la cantidad añadida de cada una, con el fin de que el bebé tenga la oportunidad de aprender a identificar los sabores poco a poco. Al inicio de la incorporación de estos alimentos a la dieta infantil, se aconseja probar con las frutas una a una, en lugar de mezclar varias. Las frutas suaves y poco alergénicas, como la manzana y la pera, son idóneas para las primeras compotas. A medida que se acostumbre al nuevo plato, se le puede ofrecer un batido de frutas frescas con un toque de zumo de naranja, sin endulzantes ni aromatizantes añadidos.

Desde | Consumer

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