Algunos niños, con sus pataletas, sacan de casillas hasta a los padres más pacientes. Generalmente, estos berrinches se presentan en la época en que el niño comienza a mostrar cierta independencia y autonomía, tratando de imponer su voluntad.
Los niños hacen pataletas porque es un recurso que emplean para llamar la atención y al que recurren cuando no ven otra forma para que un adulto atienda sus necesidades físicas o emocionales.
Esta reacción está acompañada de una conducta anormal en la que el niño puede tirarse al suelo, agredir a los padres, halarse el pelo, correr fuera de control, etc.
Las rabietas, como todo comportamiento anormal del niño, no deben ser permitidas. La manera más adecuada en que deben actuar los padres es ignorar por completo esta actitud, hasta que finalice. De lo contrario, el niño conseguirá su objetivo.
Cuando el niño tenga estas rabietas, es recomendable dejarlo solo y esperar a que se tranquilice. En el momento en que eso suceda, hay que elogiarlo por el logro de calmarse y enseñarle que con esas pataletas no se consigue nada.
Los padres deben ser constantes en esta actitud y es muy importante indicarles formas adecuadas de expresión.
Normalmente, las pataletas suelen disminuir cuando los niños cumplen 6 años. Si al llegar a esta edad siguen siendo constantes, es mejor buscar la asesoría de un especialista.
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